Ni uno solo de los acusados que se sentó ante un jurado popular durante 2009 fue absuelto: en los 12 casos que se resolvieron durante el año fueron declarados culpables de los delitos que les imputaban.
Una tendencia habitual de los juicios con jurado, como vienen demostrando las diferentes estadísticas judiciales, que cifran en un 90% el porcentaje de condenas en Andalucía y que, en el caso de la Oficina del Jurado de Sevilla, se eleva hasta el 100%.
De hecho, en los últimos tres años esta tendencia sólo se rompió en 2008, en el que el porcentaje de condenas bajó al 70%, ya que de los 14 casos que se resolvieron sólo seis terminaron con una sentencia condenatoria. En 2007, en cambio, ocurrió lo mismo que este año pasado: ningún acusado fue absuelto.
Sin embargo, la tendencia condenatoria de los jurados en pocas ocasiones, al menos este año, se puede atribuir a los miembros del tribunal popular, pues en la mayoría de los casos (10 de 12) se llegó a una conformidad previa entre las partes, por lo que no fue necesario llegar a juicio. Es decir, en sólo dos casos se llegó a conformar el jurado y a celebrarse la vista como tal, uno de ellos el caso de las facturas falsas de Macarena.
En muchos de los casos en los que se llegó a la conformidad ni siquiera fue necesario conformar el jurado, lo que evita un costo importante, pues a cada miembro del tribunal (nueve titulares y dos suplentes) hay que pagarles por el desplazamiento, además de los gastos de comida y hotel durante la celebración del juicio y la posterior deliberación.
En otros se llegó al acuerdo el mismo día en el que se iba a celebrar el juicio. Esto es lo que al menos parecía que iba a ocurrir en el caso de las facturas, pero uno de los acusados, el ex secretario del Distrito José Marín, no estaba de acuerdo y decidió cambiar de abogado. Esto provocó una suspensión del juicio y su posterior celebración, ocasionando un gasto extra de casi 2.000 euros.
Uno de los juicios más curiosos fue el de un anciano de Utrera acusado de matar a su mujer, para quien el fiscal y las acusaciones pedían 25 años por un delito de asesinato. Sin embargo, tras cuatro días de juicio y a punto de que el jurado se encerrase a deliberar, las partes llegaron un acuerdo: el anciano aceptó seis años de prisión porque le aplicaron una eximente incompleta de enajenación mental.
El porcentaje de conformidades es mucho más elevado que en los casos que son juzgados por un tribunal profesional. En parte, se debe al temor de los abogados, conocedores del alto porcentaje condenatorio y, de esta forma, logran conseguir alguna eximente que el jurado podría no apreciar en su veredicto si no valora las pruebas correctamente.
En cuanto a los delitos que han sido juzgados por los jurados (algunos eran de 2008, pero se dictó sentencia en 2009), la mayoría han sido por malversación de caudales públicos, con cinco de los 12 casos resueltos.
El resto han sido por omisión del deber de socorro, amenazas, asesinato, homicidio, allanamiento de morada y cohecho, con un caso cada uno. La Oficina del Jurado de la Audiencia Provincial registró en total 12 casos (de los que algunos se juzgarán en 2010), de los que cinco son por malversación y dos por asesinato.
