Conozco a nuestro personaje desde hace varios lustros. Algunos quisieron personificar en él el posicionamiento contrario a la peatonalización de la calle Tetuán, lo cual fue una ruindad. Como presidente de los Comerciantes del Centro, nunca se opuso a tal medida. Él mismo tiene su comercio en la calle Tetuán y entendió que para su caja registradora esa medida política le iba a reportar pingües beneficios. Lo que sí reclamó es que, ya que se tomaba tal decisión, se construyeran aparcamientos para que la gente pudiera, precisamente, llegar hasta el Centro. Y en estas últimas horas, y en una conversación radiofónica, el señor González ha llegado, con sus declaraciones, como un vendaval de aire fresco y sano a la ventana de Sevilla. Aclarando que lo mejor del accidente del Metro es que no se hayan producido desgracias personales, se pregunta porqué aquí, en Sevilla, hacemos de cualquier cosa todo un mundo. Él mismo ha cotejado que en las obras del metro de Valencia y Bilbao, los accidentes fueron mucho más numerosos y de envergadura. Pero en esas ciudades, nadie se cuestionó nada. ¿Porqué aquí sí?, reclama González. ¿Es que en Sevilla tenemos que hundir lo que todavía no ha echado a andar?
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