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Toque, toque y toque

Ya es de poca vergüenza, entre las cestas de Navidad, la rifa y, sobre todo, las loterías de cofradías, peñas, casinos (royal, potax y el mandarín), etc, a la cartera no se le pueden dar ya -¡y todavía lo que falta para las Pascuas, Dios mío!- más toques.

el 14 sep 2009 / 21:33 h.

Ya es de poca vergüenza, entre las cestas de Navidad, la rifa y, sobre todo, las loterías de cofradías, peñas, casinos (royal, potax y el mandarín), etc, a la cartera no se le pueden dar ya -¡y todavía lo que falta para las Pascuas, Dios mío!- más toques. Si estamos metidos, un poné, en una hermandad de penitencia, otra del Rocío y en la sacramental esa de la que nos hicimos hace años porque estaba medio muerta y le hacía falta gente, a principios de noviembre ya está el toquecito de los mayordomos de la tres diciendo "¡José, ¿cuándo vas a recoger el talonario que tienes aquí?!"; si llevamos a los niños en verano a la piscina y los empleados y camareros nos conocen del café o la cerveza con el dominó, también sacan sus papeletitas y no fallan: "¡Don José, ¿cuánto va a querer usted, diez o doce euros?"; y para colmo, lo que faltaba, la niña que con los deberes del fin de semana trae del Colegio o el (H)Ampa (aquí no hay si quiero o no quiero, aquí es "toma, ten") cuatro papeletas a dos euros y medio cada una, por la que rifan un ordenador portátil o lote de Navidad con su salchichón, su lata de chope y sus polvorones.

En fin, carísimos lectores, el panorama de dar dinero a cambio de papelitos, que luego no se cobran por aquello de "anda, si jugaba quince euros y me han tocado doce. ¿Quién se va a presentar a cobrarle a la hermandad, colegio, peña o lo que sea la minucia esa?".

José María Font Ortíz es abogado

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