"¿Por qué no perdemos el miedo? ¿Por qué no nos rebelamos? ¿Por qué no rompemos los esquemas?". El candidato de Izquierda Unida a la Alcaldía de Sevilla, Antonio Rodrigo Torrijos, cerró ayer la campaña electoral en Pino Montano con una fiesta reivindicativa, con danzas peruanas, el canto de La Voz del Pueblo, con el graffitero Samuel en plena acción... con ganas de cambios y con ganas de luchar contra la desigualdad, la injusticia y lo que él denomina el "tea party" sevillano. Con el deseo de que el movimiento del 15-M dure "mucho tiempo" y con la convicción de que los que "estorban" no son los manifestantes en la calle, sino "los jueces que manifiestan que no estamos en un estado de derecho, sino de derechas", en alusión a la citación de la juez Mercedes Alaya, a 48 horas de la cita con las urnas, por su imputación por la venta irregular de suelo de Mercasevilla.
"Somos la única garantía del giro social", defendió Torrijos antes de pedir el voto de familiares y amigos porque IU aún puede "crecer". "Que la rebeldía, la rebelión democrática y electoral se convierta en voto a IU, al único proyecto útil", reclamó ante los vecinos de Pino Montano, a los que ni el frío de la noche desanimó.
¿Y cómo se iban a desanimar si Torrijos les convenció de que puede ser alcalde? ¿Cómo? Con la misma receta de otras conquistas: "Con movilización social y con alguien que soñaba previamente que era posible". Si ya IU gobierna en Córdoba, "¿por qué no en Sevilla?. ¿Y por qué no la Junta o el Gobierno de España?", lanzó en un ataque de optimismo. Eso sí, aseguró tener un as: "el nuevo escenario donde la gente empieza a rebelarse".
Con todo, el candidato de IU admitió estar "preocupado" por que el sector financiero y los promotores inmobiliarios de la ciudad "golpean por tierra, mar y aire", pero aseguró que mientras que Torrijos esté en el gobierno "no habrá ni un pelotazo urbanístico más". "Que sigan mintiendo -añadió- y golpeando, que no nos temblará el pulso".
"Izquierda Unida se enfrenta a las políticas de derecha y a la derecha política", aseveró en alusión a PSOE y PP, a cuyos candidatos examinó desde su particular prisma. De Juan Ignacio Zoido, el alcaldable del PP, Torrijos dijo que lo único que dejó claro es que "cambiará el PGOU para volver a los pelotazos urbanísticos". "Ni Sevilla es Covadonga, ni Zoido es Don Pelayo", ironizó para dejar claro que no habrá reconquista. "Es un lobo con piel de cordero, no hay cambio tranquilo", advirtió.
Tampoco los socialistas salieron muy bien parados en su discurso. "¿Qué hay de izquierda en la reforma laboral, en la reforma de las pensiones... El PSOE se plegó a las políticas de mercado, a la dictadura de la UE", apostilló para subrayar la aportación de IU en estos cuatro años: los carriles bici, las 7.000 VPO, los presupuestos participativos, el fomento del deporte...
