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Trampolín a la realidad

Las instalaciones de la Gota CEM ofrecen un espacio singular que a las personas con afasia les sirve como un paso intermedio antes de enfrentarse cara a cara con la realidad de la calle.

el 08 jul 2014 / 11:00 h.

Una habitación de niños es uno del múltiples espacios que se recrean en las instalaciones de la Gota CEM, sede de la asociación ARPA. / Fotos: J.M. Paisano Una habitación de niños es uno del múltiples espacios que se recrean en las instalaciones de la Gota CEM, sede de la asociación ARPA. / Fotos: J.M. Paisano Una cocina, una sala de exposiciones, una mesa de reuniones, un dormitorio, una sala de estar y hasta la barra de un bar. Lugares recreados a la perfección y con todo lujo de detalles en las instalaciones de la Gota CEM, cuyo apuesta «vanguardista» permite multiplicar las posibilidades de los tratamientos de la Asociación para la Rehabilitación y Prevención de la Afasia (ARPA) y, de paso, permite que sus pacientes, personas que padecen trastornos de comunicación, puedan enfrentarse a la realidad «en un entorno seguro» de la mano de su terapeuta. Las sesiones en este espacio singular sirven de complemento a la terapia tradicional, basada en el trabajo realizado con fichas de reconocimiento o programas de ordenador, que también se realizan en la sede de la asociación ARPA. Laura Parra y Aarón del Olmo, en la cocina del centro. Laura Parra y Aarón del Olmo, en la cocina del centro. El neuropsicólogo de la asociación, Aarón F. del Olmo, describe las ventajas que aporta estos escenarios. Y es que, a veces, los avances que se perciben en las sesiones tradicionales no tienen reflejo en el día a día de la persona. «De poco sirve que mejore en la consulta si al salir de ella, no se palpa el cambio», señala. De ahí que se expriman estas salas, que sirven «de trampolín al mundo real». «Es el paso intermedio a lo que viven cada día», refrenda, la psicóloga de la asociación ARPA, Laura Parra. Ya no sólo aoirta el escenario, sino la variedad de objetos y mobiliario que dispone. Estos pueden ser usados para que la persona con afasia los reconozca, ya no sólo visualmente –como pasaría con las fichas de reconocimiento–, sino a través de otros sentidos. El objeto se puede palpar y oler. Es lo que se conoce como tratamiento ecológico y permite reforzar el trabajo léxico. Ese conjunto de salas también permite el desarrollo de role playing, una técnica a través de la cual se simula una situación que se presenta en la vida real, donde los participantes «adoptan un papel». De ahí la ventaja de contar con un espacio similar a la barra de un bar, una sala de estar, una cocina, o una sala de reuniones. Es como un teatrillo que no sólo pueden preparar con los pacientes con afasia –en sesiones grupales–, sino también en los programa de apoyo familiar que ponen en marcha la asociación.

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