Cuando un matador de toros recibe dos ‘tabacos' (cornadas) seguidos e importantes han de suceder un par de cosas para recuperar el llamado ‘sitio'. Primero, recuperarse cuanto antes, pero bien, y segundo, volver con seguridad a la cara del toro y a la senda de éxitos anteriores a las cornadas. Este símil taurino le vale perfectamente a la situación actual del Sevilla. Las dudas llegaron porque se hicieron acreedores de ellas Álvarez y los jugadores (Supercopa y previa de Champions) y el bálsamo para curar esas dudas de forma momentánea lo ha encontrado en la apertura de la Liga 2010/11 ante el recién ascendido Levante.
Serenidad. Sólo se han ganado tres puntos. Ténganlo claro. Ahora bien, con el parón de primero de septiembre, debido a los compromisos internacionales de las selecciones, hay días de por medio para trabajar con tranquilidad, meter dentro del esquema a dos pilares defensivos, como Alexis y Martín Cáceres y, sobre todo, tener dirigentes y técnicos una serenidad que no hubiera existido de no estar de por medio el 1-4 del Levante-Sevilla del pasado sábado. El fútbol tiene esa capacidad de reivindicarse siempre en menos de una semana. Unas veces, es para bien; otras, para mal. Son sus leyes no escritas pero están dentro de una observancia.
Buenas sensaciones. Cuando termine la Liga en Segunda división, si el Real Betis Balompié consigue su único objetivo, que es el ascenso a Primera división, Pepe Mel, Roberto Ríos y Jesús Paredes podrán decir que en 10 meses han hecho un máster práctico en Economía, Derecho y Fútbol. De verdad que lo de estos hombres llevando con dignidad y ecuanimidad, fuera de toda polémica, estos asuntos en las turbulentas aguas del club verdiblanco es digno de todo elogio y alabanza. Y no digamos si finalmente con los mimbres que les han dado y los que les han quitado consiguen el ascenso. De momento, y para comenzar, el equipo ha dado muy buenas sensaciones en la primera jornada, no sólo por la victoria (4-1) al Granada, sino por el desenvolvimiento colectivo del equipo. A veces, los nombres no dan victorias y los hombres comprometidos y llevados con buena mano son capaces de lograr los objetivos. Este Betis en lo deportivo levanta el optimismo que necesita una sociedad convulsa y necesitada de un cambio radical.
