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Tras la camiseta, el nombre del estadio

El Betis ya ha planteado una propuesta a un potencial patrocinador de ámbito nacional. La idea es hacer un contrato de tres años.

el 16 mar 2011 / 21:24 h.

De Lopera a Villamarín y de Villamarín a...
El consejo de administración del Betis marcó uno de los goles más importantes de la temporada la pasada semana. No fue en el campo sino en el despacho, en concreto el de Cruzcampo, con la que firmó un acuerdo de patrocinio que le reportará 1,2 millones de euros que equivalen a pagar la ficha del primer equipo de aquí al final de la campaña. Pero hay más, porque el consejo sigue buscando nuevas fuentes de ingresos, algunas de ellas más beneficiosas incluso que la de la cervecera. El nombre del estadio es una de ellas, seguramente la más llamativa, y la buena noticia es que ya hay una negociación en marcha con una importante empresa de ámbito nacional que de entrada no ha cerrado la puerta con un no por respuesta, lo cual es una buena señal.

Los contactos se mantienen con absoluto sigilo porque es una operación de gran envergadura y cualquier desliz puede ponerle un punto y final prematuro, pero ya hay una propuesta del Betis que ahora tendrá que ser estudiada por la empresa en cuestión. La idea no es que el Benito Villamarín cambie de nombre para siempre, como es natural, pero sí que lo haga a medio plazo por razones puramente comerciales. El club, en principio, baraja la opción de que el contrato sea de tres años, aunque es consciente de que el patrocinador pediría bastantes contraprestaciones a cambio de una relación tan prolongada. Es decir, que la esponsorización no se limitaría a poner el nombre al coliseo de La Palmera.

La clave fundamental de la negociación, sin embargo, no es la duración sino el dinero. En España hay dos clubes que ya 'vendieron' el nombre de sus estadios: Osasuna llegó a un acuerdo con el Gobierno foral para que El Sadar se convirtiese en el Reyno de Navarra y el Mallorca cambió a Ono a Iberostar. Los contratos son distintos: el club pamplonés consigue 1,5 millones anuales durante tres años y la entidad balear firmó algo menos, en concreto 1,1 millones también durante el mismo periodo de tiempo. Según fuentes próximas a la negociación, lo que el Betis ganaría se acerca más a lo de Osasuna que a lo del Mallorca.

La operación, de todas formas, no es nada sencilla. "Queda mucho trabajo porque es el patrocinio más difícil, pero vamos avanzando poco a poco. Si dios quiere, en un tiempo razonable puede haber buenas noticias", cuenta Miguel Guillén, consejero responsable de marketing, quien reconoce que el desembolso que tendría que hacer el potencial patrocinador "sería muy grande, sobre todo en estos tiempos de crisis".

Y HOY, REUNIÓN EN VITORIA POR RBB. El objetivo del Betis es que el nombre del estadio se convierta en su segunda fuente de ingresos más importante. La primera, de acuerdo con los planes del consejo, debe ser la marca que viste al equipo. En estos momentos hay un contrato de cinco años con RBB y Green Sport, una empresa radicada en Vitoria, pero las condiciones que en su día firmó Manuel Ruiz de Lopera son mejorables.

Precisamente hoy viajarán a la ciudad vasca el vicepresidente, José Antonio Bosch, y el propio Guillén para ver si los responsables de Green Sport están dispuestos a variar las condiciones contractuales para así incrementar los beneficios del club. Al Betis ya se han dirigido las principales marcas del sector, eso es cierto, pero lo único seguro es que los uniformes seguirán siendo de RBB la próxima temporada sí o sí por cuestiones logísticas.

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