El dinero que guarden en sus cuentas, los movimientos extraños que puedan haber realizado o cualquier otro dato puede servir a Asuntos Internos para cercar al policía o policías que se llevaron más de 100 kilos de cocaína y heroína de la Jefatura de Sevilla. La juez del caso ya ha recabado testimonios.
"Lo más seguro es que a quien se haya llevado la droga ni siquiera le hayan pagado demasiado", decía el líder del Sindicato Unificado de Policía (SUP), Manuel Espino, tras conocerse el jueves que se estaba investigando a la propia unidad antidroga de Sevilla porque se sospecha que el ladrón de droga es un agente de la Unidad contra la Delincuencia y el Crimen Organizado (Udyco).
Mucho o poco, ése es uno de los hilos de los que suelen tirar los investigadores en los casos de corrupción: el aumento del patrimonio o de los fondos en las cuentas corrientes de algún policía podrían ser sintomáticos, ya que el móvil en estos casos, salvo la peregrina idea de una venganza, siempre es económico.
Reparto de ganancias. Se descarta, por casos anteriores, que el intermediario que robó droga durante meses para pasársela luego a alguna red de traficantes se haya llevado el grueso de su valor, calculado en más de cuatro millones de euros -a razón de unos 40.000 euros por kilo-, ya que siempre son los narcotraficantes los que se quedan con casi todo. Pero algún pago recibiría, y ese beneficio podría volverse en contra del policía que, sin forzar las tres cerraduras que custodian los depósitos en los que se almacena la droga, se llevó una enorme cantidad de estupefacientes, se teme que durante meses, quizá hasta un año entero.
En los almacenes se guardan siete u ocho toneladas de droga, entre las que podía haber unos 350 kilos de cocaína. Para evitar ser descubierto, el ladrón sustituía los paquetes por otros idénticos que se cree que le entregaban los propios traficantes.
Un contraanálisis químico encargado por el juzgado antes de destruir un alijo, que puso en evidencia que se había dado el cambiazo y parte de los paquetes no eran droga sino sustancias inocuas como talco, alertó a la Jefatura de la Policía, que lo comunicó al Ministerio del Interior para que se investigase.
Agentes de Asuntos Internos llevan más de mes y medio en Sevilla, trabajando para determinar quién pudo cometer el delito de entre el medio centenar de agentes que trabajan en la Udyco sevillana, una de las más valoradas del país. Se cree que estará impicado un policía, o a lo sumo dos. El resto de agentes pasan estos días por sus peores momentos, muy afectados y deseando que la investigación culmine pronto.
El dinero tampoco es lo único que se investiga: movimientos extraños, viajes, algún tipo de relación con personas sospechosas de ser traficantes... ahora mismo, los investigadores no pueden permitirse el lujo de descartar nada.
ante la juez. Por su parte, la juez de Instrucción 19, el juzgado que investiga el robo de la droga, ha tomado ya declaración a los jefes de distintos grupos policiales, que le han informado de la cantidad incautada en las distintas operaciones de los últimos meses y del destino que le dieron.
Este juzgado fue el que descubrió en un control rutinario el robo al realizar un contraanálisis de la droga y verificar que lo que había en el paquete que custodiaba la Jefatura en sus antiguos calabozos eran polvos de color y apariencia similares, pero no cocaína, como se esperaba.
La juez decidió deducir testimonio de este presunto delito y tramitarlo de forma paralela a la investigación del alijo, explicaron a Efe fuentes judiciales. Es precisamente ese juzgado el que está controlando la actuación de los agentes de Asuntos Internos que Interior ha desplazado desde Madrid para aclarar el caso.
La Policía Nacional mantiene una discreción extrema en este asunto, sobre el que el juzgado ha decretado el secreto del sumario, ya que se teme que cualquier dato pueda complicar las investigaciones. Las pesquisas estaban ya muy avanzadas, aunque no está previsto que se produzcan detenciones de forma inminente.
