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Tras los pasos de Hemingway y Orson Welles

Michelle Obama y su hija Sasha recorren en la localidad malagueña de Ronda los rincones que ambos autores estadounidenses inmortalizaron en sus obras.

el 07 ago 2010 / 19:30 h.

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Las Obama pasearon por el ruedo de la bicentenaria plaza de toros de Ronda.
La bicentenaria plaza de toros de Ronda, el Tajo, la Colegiata de Santa María la Mayor, la Casa de Don Bosco, la del Rey Moro o el Puente Nuevo son algunos de los monumentos más emblemáticos de este municipio malagueño que visitaron ayer la primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, y su hija Sasha, en su cuarta jornada de vacaciones en Andalucía. Siguieron así los pasos de sus compatriotas el escritor Ernest Hemingway y el cineasta Orson Welles, que inmortalizaron en sus obras la belleza de Ronda.

 

Llegaron sobre las once de la mañana, bajaron del vehículo oficial en la plaza Duquesa de Parcent y se dirigieron a pie a la Casa de Don Bosco, un palacete modernista en pleno centro histórico que ofrece las mejores vistas d la garganta de más de 100 metros de profundidad excavada por el río Guadalevín que conforma el famosos Tajo de Ronda. La ciudad se preparaba desde hace días para la visita, seguida en todo momento por vecinos y turistas que sólo pudieron verla de lejos debido a la férrea seguridad.

Tras la visita a la Casa de Don Bosco, acompañadas por un guía turístico oficial de Ronda, pasearon por el casco histórico, cuyas calles estaban acotadas, y pasaron por la plaza del Campillo y por la puerta del Palacio de Mondragón, haciendo una parada en la Colegiata de Santa María la Mayor, ubicada en la plaza del Ayuntamiento y que data del siglo XV, en la que entraron por una puerta lateral, la del Obispo y, tras pagar religiosamente su entrada, recibieron las explicaciones del párroco.

Desde allí se dirigieron en coche a la Cuesta de Santo Domingo, que bajaron a pie para entrar en el Palacio del Rey Moro, situado dentro del recinto de la antigua medina musulmana, donde pudo ver los Jardines de Forestier. En este punto, Michelle Obama hizo algunas fotos y descansó en un banco. A continuación, entró en la mina, una empinada escalera de 365 peldaños excavada en el corazón de la roca que da acceso a un manantial que brota en el fondo del Tajo. Subieron de nuevo la escalera y Michelle Obama estuvo conversando un rato con el dueño de la Casa del Rey Moro, quien le regaló un mantón de Manila y le explicó su intención de construir un hotel en el lugar. El intenso calor, que en ese momento rozaba los 40 grados, provocó un leve desvanecimiento entre una de las acompañantes de la primera dama del que se repuso a la sombra de un árbol.

Ya en coche, cruzaron el Puente Nuevo del siglo XVIII, uno de los monumentos más emblemáticos de Ronda que une las zonas histórica y moderna de la ciudad.
Ante el entusiasmo de vecinos y turistas que coreaban su nombre, Michelle Obama saludó con una amplia sonrisa.

Sobre las 13.00 horas, la comitiva almorzó en el Restaurante del Escudero a almorzar, donde según personal del establecimiento probaron el jamón serrano y las famosas yemas de Ronda y mostraron un trato "muy amable". Los dueños del local la obsequiaron con un arca tallada a mano de 80 años de antigüedad.

Una vez terminado el almuerzo, las Obama se dirigieron a la emblemática plaza de toros de Ronda y pisaron el albero sobre el que Orson Welles hizo esparcir sus cenizas tras su muerte. La primera dama se interesó por la afición taurina del Rey, con quien comerá hoy en el Palacio de Marivent de Palma de Mallorca antes de volver a Washington. La visita concluyó sobre las 15.20 horas y la comitiva puso rumbo de nuevo a Marbella para asistir a la gala benéfica organizada por Eva Longoria y Antonio Banderas en el mismo hotel donde se alojan.

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