Los españoles supieron mantener la cara y demostraron que los 37 puntos que los estadounidenses les sacaron en la fase previa fue un espejismo. Sin perjuicio de su victoria, los americanos gozaron de cierta tolerancia arbitral. En el tramo final del partido Españá echó en falta a Rudy Fernández, eliminado por personales.
España, que ofreció su mejor versión en esta histórica final, logró una merecida plata, sumando su segunda medalla olímpica en la historia y emulando la presea lograda en Los Angeles'84.