Local

'Trastornos' alimentarios

La Unión Europea cree estar vacunada de momento contra la brutal subida que están experimentando los alimentos básicos. Pero que los europeos disfruten de una situación que está a años luz de sociedades más pobres del oriente asiático o del continente africano no garantiza que el viejo continente no acabe también un día con problemas en la cesta de la compra.

el 15 sep 2009 / 05:24 h.

La Unión Europea cree estar vacunada de momento contra la brutal subida que están experimentando los alimentos básicos. Pero que los europeos disfruten de una situación que está a años luz de sociedades más pobres del oriente asiático o del continente africano no garantiza que el viejo continente no acabe también un día con problemas en la cesta de la compra. Sobre todo si los ciudadanos de la UE no adoptan algunas medidas a las que la mayoría no están acostumbrados. Ha sido la propia comisaria europea de Agricultura, Mariam Fischer, la que ha tenido que salir al paso de los temores que empieza a despertar una escalada sin freno del precio de los alimentos que salpica a todos los mercados sin excepción. La responsable del agro europeo advierte de entrada que no hay riesgo de desabastecimiento en los mercados continentales. Pero también avisa de que algunas fórmulas de venta de casi todos los grandes supermercados (el popular tres por dos y sucedáneos) no incentivan el consumo racional de alimentos precisamente. Casi hipnotizadas por este tipo de ofertas muchas familias europeas acumulan alimentos que luego no consumen y acaban en la basura. Una realidad indecente, si se mira al número de personas que mueren de hambre cada día en el planeta y los graves problemas que sacuden ya a países deficitarios en alimentos. Si comportamientos como el anterior no empiezan a corregirse y se compra sólo aquello que se va a consumir, las medidas que se adopten desde Bruselas para garantizar el abastecimiento alimentario en el futuro pueden nacer seriamente lastradas. La reciente explotación masiva de algunos productos básicos de la mesa como biocombustibles no es la responsable exclusiva de la locura de precios. Y Europa todavía está muy lejos de Estados Unidos o Brasil por número de hectáreas de cultivos que dedica a la nueva gasolina ecológica. Pero tendrá que tomar decisiones estratégicas igualmente para evitar la paradoja de subvencionar el nuevo combustible verde mientras el precio de los alimentos se hace casi inalcanzable para los más débiles y surge el fantasma de los problemas de suministro. Los ciudadanos europeos tienen en su mano la llave para que ese temible escenario nunca aparezca.

  • 1