El I Encuentro de Periodistas Culturales, que dio comienzo ayer en el marco de la Feria del Libro de Sevilla , tuvo como estrella invitada a la escritora Maruja Torres , que evocó su vida como profesional de la información en un animado coloquio en el que se hizo acompañar por dos ilustres compañeros de la prensa sevillana, Braulio Ortiz Poole y Amalia Bulnes.
"En esta profesión hay mucho mito, pero todavía se sigue haciendo buen periodismo", afirmó Torres, quien aprovechó su visita a Sevilla para firmar ejemplares de su última novela, Fácil de matar. "Quizá haya que buscarlo más que antes, porque ahora tenemos esa gran pantalla que es internet y que es como la cueva de Ali Babá. Pero cuando yo lo abandoné, recuerdo que lo que dejaba atrás eran sobre todo redacciones llenas de gente muy sumisa. Eso empezó con la moda de los masters, de los becariados...", señaló. "No obstante, todavía estamos en condiciones de decir ¡qué asco de mundo tan interesante nos ha tocado! La pena es que nos paguen 30 euros por una crónica para contarlo".
Maruja Torres se mostró asimisma muy crítica con el nuevo rumbo que de un tiempo a esta parte están tomando las redacciones de periódicos, radio y televisión, "donde los que tienen de 45 a 50 años se pueden echar a temblar", y donde los medios, señaló, están perdiendo su memoria para dar paso a plantillas inexpertas y poco formadas. "Vamos al desastre porque, uno, lo chavales que entran no tienen quién les enseñe, y dos, nunca podrán mejorar, porque siempre tendrán a una nueva recua de novatos dispuestos a sustituirlos".
Por otro lado, la veterana escritora hizo una comparación entre la atmósfera que se vivía en España cuando ella empezaba y los tiempos que corren hoy: "Lo de los 70 y 80 fue glorioso, ¿por qué? Porque éramos nuevos en todo, el país estaba rozagante, volvían los exiliados, la gente era fértil... Estábamos excitados todo el día. Ahora la sociedad está empezando a excitarse de nuevo, pero todo es un poco más raro".
También tuvo tiempo de recordar cuáles fueron sus armas a la hora de internarse en las procelosas aguas del periodismo durante la Transición: "Tuve la suerte de no ir al colegio, ni al instituto, ni a la Universidad, de modo que no tuve más remedio que leer libros, ir al cine y mantener buenas conversaciones con los amigos. Y como una autodidacta siempre tiene la angustia de no saber lo suficiente, al final acabas leyéndote hasta a Corin Tellado", recordó.
Por último, Maruja Torres se refirió a una de sus recurrentes herramientas de trabajo, la ironía y el humor, y citó como pionera en esa materia a la recordada Carmen Rico-Godoy, al tiempo que desveló su fórmula: "Yo trataba a las folklóricas como si fueran políticos, y a los políticos como si fueran folklóricas. Y dio resultado", apostilló.
