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Treinta años con mucho arte

Garrick*** Teatro Lope de Vega del 1 al 12 de diciembre Compañía: Tricicle. Guión, Dirección y Producción:Tricicle. Actores: Joan Gràcia, Paco Mir y Carles Sans.

el 03 dic 2010 / 08:44 h.

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Tricicle cumple este año treinta años sobre las tablas y, para celebrarlo, han elegido homenajear al que ellos consideran el primer risoterapeuta de la historia, David Garret, cuyas actuaciones eran recomendadas como un “remedio mágico” contra la pena.

Así, con este homenaje se proponen nada más y nada menos que regalarnos toda una sesión de risoterapia cuyo objetivo es conseguir que el público no pare de ejercitar esos cuatrocientos músculos que se ponen en marcha cuando nos morimos de risa. Y desde luego que lo consiguen.

No tienen más que recurrir a la fórmula que tanto éxitos les ha proporcionado a lo largo de estos treinta años, esto es, una serie de sketches que se engarzan gracias al hilo conductor de un humor inteligente, fino y blanco, aunque cargado de ironía y sorna, que renuncia a la palabra en favor del gesto y la expresión corporal para elaborar un lenguaje universal para todos los públicos que gira en torno al placer de la sorpresa.Esa es una de las señas de identidad de esta compañía y una de las claves de su éxito. Porque si algo distingue a estos tres cómicos es su habilidad para coger en todo momento desprevenido al público y, desde luego, no es fácil mantener eso durante tantos años. Sin embargo, para estos tres cómicos el tiempo no corre en contra.

Y es que, gracias a su amplia trayectoria han depurado otra de seña que los distingue, esto es, un absoluto dominio técnico del gesto y la expresión corporal que trasvasa las lindes del mimo incorporando sonidos guturales y palabras sueltas, reales o inventadas, que aparecen siempre en los momentos más inesperados.

A esto hay que añadirle también una enorme frescura y capacidad para implicar al espectador en sus propuestas que, en esta obra, resulta tan evidente como gratificante porque, justo cuando los sketches adquieren un cierto tufillo de autocomplacencia y el ritmo comienza a decaer, estos tres geniales cómicos rompen de repente la dinámica saltando al patio de butacas para interactuar con el espectador y provocarle. Y aunque los recursos no sean demasiado originales, a esas alturas se han ganado por completo al público.

Como agradecimiento, al final le hacen partícipe de la celebración de su aniversario con una sucesión de sus sketches más memorables que suponen lo mejor de este espectáculo.

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