Cuatro interminables años de crisis, con pérdidas paulatinas de sueldos (aunque el ministro Montoro intente negarlo) y expedientes de regulación de empleo totales o parciales, han dejado la economía familiar hecha unos zorros y han abierto un agujero negro en la salud mental de los ciudadanos cuyo impacto todavía los psiquiatras no son capaces de calcular. Pero ya hay indicios de que la cosa pinta fea. La depresión severa ha aumentado un 8%. Son precisamente la depresión y la ansiedad (sobre todo en mujeres; en los hombres han aumentado las adicciones, por ejemplo, al alcohol) las enfermedades que más se manifiestan como consecuencia de la delicadísima situación económica de España. De hecho, entre un 5 y un 10% de la población padece una de estas dolencias. E incluso hay estudios, como los recogidos en el informe del Defensor del Pueblo Andaluz La situación de los enfermos mentales en Andalucía, de abril de 2013, en los que se apunta una relación directa entre el aumento de los suicidios y los ciclos económicos. Así, la tasa en 2008, justo cuando estalló la crisis, estaba en 5,56 suicidios por cada 100.000 habitantes menores de 65 años, frente al 5,16 de 2007. El catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Sevilla y presidente del comité organizador del XVII Congreso Nacional de Psiquiatría que se celebró en Sevilla en septiembre, José Giner Ubago, analiza con motivo de la celebración la pasada semana delDía Mundial de la Salud Mental, cuál es el estado de la misma en los sevillanos, cuáles pueden ser las mejores estrategias para salir de ésta sanos y salvos y cuál el reto de futuro. Primera estrategia: disfrutar de lo que se tiene Se dice pronto cuando, por ejemplo, acabas de perder el puesto de trabajo con más de 40 años y tienes todavía hijos a tu cargo. Pero para mantener una salud mental a prueba de bombas, José Giner cree que ésta puede ser una buena actitud. De hecho, al ser preguntado sobre la repercusión que esta crisis pueda tener en las generaciones más pequeñas, Giner lo tiene claro: Lo mejor es no dramatizar la situación. El niño sufre continúa cuando se le hace creer que los padres son omnipotentes. Esta crisis muy probablemente no dejará secuelas en ellos porque los niños tienen una capacidad de adaptación y de buscar alternativas impresionante. ¿Ayuda a salir de la depresión un entorno y una cultura callejera como la de Sevilla? También sobre esto la respuesta de Giner es contundente: Los fines de semana y las fiestas son peores para los depresivos. Es la mayor crueldad: estar tristes y tener a tu alrededor un entorno de felicidad. ¿Son la Semana Santa y la Feria, por tanto, el mayor suplicio para un enfermo de depresión? Pues en parte no, porque se trata de una mezcla de tradición (raíces) y presente que ayuda a mantener el equilibrio. No cambia nada pero cambia todo. Todos los años puede llover en Semana Santa pero ese día es distinto al día del año anterior en el que también llovió. Y la Feria es la mayor expresión de vivir el presente y olvidarse de todo por muy dura que la realidad sea. Segunda estrategia: gestionar situaciones difíciles Éste es el núcleo de todo, afirma categórico este catedrático de Psiquiatría, para el que una persona sana mentalmente se distingue de otra que no lo es en que es capaz de gestionar los fracasos y mantener intacta su felicidad gracias a esta actitud. ¿Quiénes son más capaces o están mejor preparados para gestionar los fracasos? La mujer tiene más capacidad de representar un papel. Aún estando dolorida, es capaz de sonreír a su hijo. Se sacrifica más por el otro, razona José Giner. Tercera estrategia: prevención y tratamiento Una vez que la depresión, la ansiedad o cualquier trastorno mental da la cara lo más importante es el tratamiento y los servicios médicos. José Giner sostiene que los recortes no los están padeciendo los enfermos aún, sino los profesionales. Los servicios psiquiátricos son buenos, aceptables, apunta. Tampoco hay a su juicio problemas de abastecimiento de fármacos. Lo que sí es esencial para Giner es la prevención, incluso del suicidio. Y puntualiza: hay más muertes por suicidio que por accidentes de tráfico. Concretamente, 4.000 suicidios al año, una media de 12 al día. Pero el suicidio sigue siendo tabú. No se quiere nominar porque cuando algo se deja sin nombrar es como si no existiera, razona. Y el reto El reto es acabar con el estigma social que sufren los enfermos mentales (600.000 andaluces tendrán algún tipo de trastorno mental en su vida, 80.000 de ellos graves). Seguimos con el estigma en el corazón. No aceptamos que no podamos controlar nuestra vida. Hasta que no aceptemos nuestra naturaleza malvada no veremos las cosas con normalidad, sentencia José Giner.
