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Tres décadas al servicio de Utrera

Miguel Lara deja la presidencia de su asociación de vecinos, desde la que ha promovido mejoras para el barrio de La Paz desde el inicio de la democracia.

el 15 ene 2011 / 19:25 h.

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Miguel Lara, en su plazoleta favorita del barrio de La Paz.

El desarrollo de una ciudad no sólo se consigue desde los asientos del salón de plenos de un consistorio. También los propios vecinos, de forma desinteresada, con su trabajo, pueden lograr que su pueblo mejore. Muestra de ello es Miguel Lara, un vecino de Utrera que se retira tras haber estado al frente de su barrio, La Paz, durante las tres últimas décadas. Un problema de salud le obligó a presentar su dimisión. "Si no hubiera sido por esto, yo seguiría de presidente", sentencia este "ciudadano ejemplar", como fue calificado en el homenaje que le dio la Federación de Asociaciones de Vecinos de Utrera (UTER).

Por las calles de La Paz, los saludos no se hacen esperar. La mayoría de sus vecinos le tienen un gran cariño y reconocen la "estupenda" labor desempeñada en estos años. "Ha estado, y lo sigue estando, muy preocupado por todas las cosas de aquí, ya sea desde los jardines, en los que te veías la cara de limpios que estaban, hasta la limpieza, porque muchas veces estaba él a las seis de la mañana recogiendo papeles de la calle para que, cuando amaneciera, todo estuviera bien", cuenta una vecina.
Como este hombre comenta, todo surgió tras la llegada de la nueva democracia, cuando el movimiento asociativo se reactivó y se unieron un grupo de personas "magníficas" que comenzaron a trabajar por su barrio. "Fuimos al Ayuntamiento de Utrera, pedimos los materiales y nos pusimos a arreglar nosotros mismos la plazoleta de la barriada", recuerda. Ese mismo rinconcito, del que se siente orgulloso, recibiría años más tarde a los miembros de la televisiva serie Plaza alta, al ser éste el nombre con el que se rotuló.

Una votación le llevó a la presidencia y, desde entonces, un día y otro iba al consistorio "a pedir para mejorar la barriada, porque como no seas pesado no te hacen caso". Los 545 vecinos que pueblan los 37 bloques de pisos de este barrio han tenido la oportunidad de ver el "cambio por completo" experimentado en La Paz, que incluso llegó a recibir "dos veces el premio de limpieza de barriadas y contenedores", con los "40.000 duros correspondientes que se daban entonces", según apostilla.

Contemplar dicho cambio es lo que recuerda con más orgullo. Por contra, lamenta el ambiente enrarecido por la presencia de algunos nuevos residentes que no respetan las normas de convivencia. En cualquier caso, a sus 74 años, no concibe su vida sin este rincón de Utrera, y "de aquí no me voy hasta que me muera".

Durante su mandato, solamente una persona ocupó su cargo al frente de la asociación de vecinos, en un periodo intermedio de un año. Tras su marcha, es María Dolores Brenes la persona que rige la asociación de vecinos. Sin embargo, da igual quién esté al frente del colectivo porque él lo tiene claro. "En lo que haya que ayudar, lo voy a seguir haciendo; y si, por ejemplo, tengo que reñir a algún niño por hacer algo que no deba, también lo hago", confiesa mientras contempla con satisfacción su plazoleta favorita. Y todo ello, simplemente, porque él está "enamorado" de su barriada.

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