Dicen que quien roba a un ladrón tiene 100 años de perdón, y tal vez eso animó a dos vecinos de Arahal a llevarse 30 kilos de marihuana de un chalé a las afueras. Pero se toparon con la Policía Local y sus planes se esfumaron, así como esta plantación ilegal de cannabis en el Reondón.
La Policía Local de Arahal informó ayer de la incautación de un centenar de kilos de marihuana en una finca del municipio. La operación se produjo ayer, tras la detención, en primer lugar, de dos individuos que portaba en su ciclomotor hasta 30 kilos de esta planta -tallos incluidos- con propiedades psicotrópicas.
Después de sus declaraciones, una tercera persona resultó arrestada, según fuentes de la Policía Local, aunque omitió los detalles de esta detención para no perjudicar la operación en marcha. También investigan para localizar al dueño del chalé que ocultaba este huerto.
Los hechos ocurrieron a la 1.20 horas de ayer, cuando la patrulla de servicio realizaba su ronda de vigilancia rutinaria por esta población de la Campiña. Los agentes observaron a dos individuos que circulaban en una motocicleta de pequeña cilindrada, a los que siguieron, interceptaron y decomisaron las plantas de marihuana.
Estos individuos, uno de ellos menor, declararon voluntariamente a la Policía Local que habían sustraído las plantas de una plantación situada a las afueras del pueblo, según precisaron las mismas fuentes a este periódico.
Los agentes verificaron la declaración de los dos detenidos y descubrieron que existía una plantación de marihuana en un chalé de la urbanización El Reondón, en la carretera que une Arahal con El Coronil.
El peso total de la marihuana finalmente incautada por los policías locales ascendió finalmente a 100 kilos. Las declaraciones de los dos detenidos están ya a disposición de los juzgados de Marchena, partido judicial del que depende el municipio, mientras que la Policía Local de Arahal investiga la propiedad del chalé en el que alguien cultivaba la marihuana.
La facilidad del cultivo de marihuana por el clima de la provincia de Sevilla y sus horas de sol, así como la popularidad del consumo de porros y la presión policial contra el tráfico de la materia prima desde el Magreb están propiciando la proliferación de pequeños -y a veces no tan pequeños- huertos de marihuana ocultos en fincas, parcelas y chalés de numerosas poblaciones de toda la demarcación.
