Vamos conociendo casi al dedillo al Sevilla FC y al Real Betis Balompié. Sabemos que todavía faltan detalles (fichajes) pero nuestro conocimiento a 20 días del inicio de la Liga es cada vez mayor. No me tiren de la lengua porque soy de esos a los que el tiempo enseñó que en pretemporada "no se puede elevar nada a definitivo". Así que dejemos correr los días, no nos precipitemos en juicios y valoraciones porque a la vuelta de la esquina nos espera para empezar el Betis-Sevilla, primer derbi y, a la par, partido de la Liga 2011/12.
Terminamos empachados de Real Madrid-FC Barcelona. Seguimos exactamente igual en sus viajes a EEUU y China. Dentro de 14 días se verán por primera vez las caras en la Supercopa. Sólo en España se juega a doble partido. Simplemente, por negocio televisivo. En Alemania la jugaron Schalke 04 y Borussia Dortmund, decidida a favor de los de Raúl en los penaltis. Inter y Milan la juegan en Tokio, también por razones económicas, y los dos de Manchester, el City y el United, se verán las caras en Inglaterra buscando primar el espectáculo.
Nos duele a todos pero nadie pone remedio. La voz de José María del Nido clama en el desierto y los grandes hacen oídos sordos a sus lamentaciones porque sólo les conduce el pan para hoy... de la televisión. Asisten a la fiesta como convidados, pero del atracón sólo les llega una mínima porción de tarta. La Liga sigue fracturada en tres. Sólo dos, FC Barcelona y Real Madrid, tienen opción al título. Repito: sólo los dos. Hay una segunda Liga para Valencia, Villarreal y Sevilla, y podrían incorporarse, para hacerla más atractiva, Athletic, Atlético y el Málaga del jeque Al-Thani.
Buscan los dineros del fútbol europeo porque aquí le niegan el suyo. Los demás saben a lo que juegan. Salvarse para otra temporada más recibir esa porción de tarta y quién sabe si el factor sorpresa por su juego le aúpa al siguiente escalón. Es muy dolorosa la falta de solidaridad del fútbol español, que unido contra los dos grandes puede gozar de un reparto más equitativo como lo tienen las demás grandes ligas europeas. Tienen en sus manos la mayoría y todos los argumentos para ese reparto más equitativo, pero debe haber una fuerza (miedo) que les atenaza. Otra explicación ni la encuentro ni la entiendo.
