Cultura

Tres muestras reflejan en el CAAC el poder transformador de la música

Alonso Gil, Matt Stokes y la colectiva ‘La chanson’ llegan al Monasterio de la Cartuja

el 21 jul 2011 / 19:27 h.

Jorge Javier Vázquez.
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El Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC), con sede en el Monasterio de la Cartuja, acoge desde ayer las exposiciones Cantando mi mal espanto de Alonso Gil, Nuestro tiempo de Matt Stokes y la colectiva La chanson, unas muestras que completan la sesión expositiva La canción como fuerza social transformadora, con la que el Centro "quiere fomentar el pensamiento único en la búsqueda de una solución a la situación en la que nos encontramos", según palabras de su director, Juan Antonio Alvarez Reyes, que participó en rueda de prensa junto al consejero de Cultura, Paulino Plata, y los dos artistas.

Así, Plata resaltó la "importancia" de la música en la segunda mitad del siglo XX, que, a su juicio, "determina el modelo de vivir, de relacionarse, de vestir, o el modo en que se vive la sexualidad" y dijo que estas exposiciones presentan "una visión crítica del entorno".

Sobre La chanson, Álvarez Reyes explicó que esta muestra "quiere ser el coro de todos los solistas", en relación con las otras exposiciones que también se pueden ver en el CAAC: Del pasado efímero de Ruth Ewan y Songs by Annika Ström . La muestras, según explica el director, toma su título del movimiento musical francés de los años 50 y 60 del pasado siglo, en la que los autores como por Edith Piaf, Jacques Brel, Boris Vian, o Serge Gainsbourg "combinaban en sus canciones aspectos amorosos con otros que tenían que ver con el deseo de cambio, en una mezcla de lo sentimental y lo político", asegura.

Abierta hasta el 13 de noviembre, en esta exposición participan 14 artistas y grupos internacionales como John Baldessari, Jérôme Bel, Johanna Billing, Discoteca Flaming Star, Phil Collins, Alonso Gil, Marta de Gonzalo y Publio Pérez Prieto, Douglas Gordon, Jeleton, Susan Philipsz, Mathias Poledna, Juan Pérez Agirregoikoa, Paul Rooney y Mika Taanila.

Asimismo, Matt Stokes (Reino Unido, 1973) inauguró también ayer la muestra titulada Nuestro tiempo, la primera individual en España y en la que se puede ver una selección de sus trabajos más representativos, una obra que se caracteriza por la exploración del sentimiento de colectividad y de los estilos de vida que surgen de los encuentros musicales.

Alonso Gil llega con Cantando mi mal espanto, en la que concibe la práctica artística como una herramienta valiosa para incitar a la reflexión y construir miradas críticas sobre nuestro entorno. De este modo, la muestra recoge una selección de obras en diversos formatos de Gil, algunas producidas expresamente para la exposición, como la serie de acuarelas agrupadas bajo el título genérico de Trabajadores, "con las que doy la vuelta a las vanguardias rusas y represento las escenas de la revolución, configurando una gran orquesta de trabajadores", señala.

El vídeo Cantando mi mal espanto, que da título a toda la exposición, "gira en torno a un frutero que usa todo tipo de artimañas para seducir a todos los turistas que se paran, pero también canta fandangos sobre el tiempo o la muerte", apunta Gil, quien con el mural dorado de gran formato titulado Graffiti Celestial rinde homenaje a uno de los grandes iconos de la cultura popular como es el cantaor Camarón de la Isla . "Hace un tiempo hice graffitis a gran escala de cantantes en barrios marginales y la gente los ha convertido en lugar de peregrinación", explica Gil, quien agrega: "Dios ha muerto, viva Camarón".

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