"Apoyaremos los procesos que promuevan las cajas de ahorros andaluzas, que conduzcan a la creación de una gran caja..." Lo dice el programa electoral del PSOE andaluz para las elecciones de 2008. Lo dice el presidente José Antonio Griñán cuando ahora pide a Unicaja y Cajasol que se entiendan. Lo dijo el ex presidente Manuel Chaves, allá por marzo de 2009, cuando instó a la entidad malagueña y la sevillana a fijar "ya" la hoja de ruta para su fusión. Lo han dicho los socialistas desde 1999 y lo han suscrito, con todas las cautelas, los partidos de la oposición, PP e IU, pero todavía no son más que palabras.
El camino hacia la gran caja en Andalucía no es fácil a pesar de que han existido movimientos de concentración. Cuenta con graves obstáculos políticos y una amenaza muy arraigada: los localismos y los agravios provinciales. Ahora exacerbados por la proximidad de las elecciones municipales. Hoy son tres las cajas en liza (Caja Granada, Unicaja y Cajasol) pero la gran caja se antoja igualmente complicada. Casi tanto como cuando en 1999 y aprovechando la nueva ley de cajas de Andalucía el entonces presidente propuso una integración a seis bandas para crear una caja única que en aquellos años ocuparía la tercera posición del ranking nacional, por detrás de La Caixa y Caja Madrid. Se abrió una guerra sin precedentes.
Los socialistas dieron por hecho en el inicio de la crisis que las cajas andaluzas no podrían mantenerse aferradas a su terruño ante el tsunami que está sacudiendo el sistema financiero. Por eso se confiaron. Creyeron que las entidades se moverían por inercia hacia una gran caja andaluza. Pero han errado la predicción. Evitaron elevar la presión política en gran parte porque el PSOE salió muy escaldado de la guerra de las cajas en los primeros años de 2000. Y también porque el presidente José Antonio Griñán mantiene a gala esa máxima de que las cajas "jamás debieron de salir del papel salmón". Es totalmente contrario a asumir públicamente injerencias políticas en estos procesos, por más que las hay y habrá. De ahí la frialdad del Gobierno y el "exasperante" -para algunos socialistas- silencio del titular de Economía, Antonio Ávila.
En el Ejecutivo andaluz se pasó de la gran caja a la teoría de las dos torres y vuelta a la gran caja. La operación frustrada de Unicaja y Cajasur encendió las alarmas. En el resto de España las fusiones se suceden vertiginosamente. Además se ha levantado la veda a las alianzas interregionales y los dirigentes del PSOE y el Gobierno andaluz temen que esa nueva fórmula de SIP o fusión fría desnaturalice su proyecto. Griñán ha expresado sus dudas, preocupado porque ese nuevo modelo acabe con las cajas convertidas en bancos y sin implicación en su territorio. Claro pregunta un dirigente, "¿qué va a ocurrir si las decisiones sobre el crédito de una caja andaluza se toman en Cataluña?"Ahora el PSOE-A aprieta. Caja Granada ha dado los primeros pasos para integrarse en un SIP con Caja Murcia, Caixa Penedés y Sa Nostra. Los socialistas quisieron reconducir esta operación cuando la Iglesia abortó la fusión de la entidad cordobesa con Unicaja, pero llegaron tarde. En el PSOE-A aún confían en que la caja granadina se desmarque del protocolo de fusión. A pesar de que los socialistas de Granada tienen claro que no ocurrirá así y la caja camina firme hacia su SIP.
La Junta aspira a que los trozos de Cajasur se queden en Andalucía. Unicaja y Cajasol han optado a la puja y podrían, si pasan el corte, unirse en su oferta. Pero el interés principal en este momento dentro del PSOE-A es que las dos grandes cajas andaluzas caminen hacia su fusión. Aseguran desde la dirección socialista que ya hay conversaciones entre Braulio Medel y Antonio Pulido, dos cajeros condenados a entenderse pero con poquísimo feeling. Los socialistas más veteranos asumen la complejidad. Tanto que no ven con malos ojos que Medel haya también tirado los trastos a Caja Granada, por más que haya quien desconfíe e interprete que Unicaja quiere coger tamaño antes de sentarse con Cajasol para evitar un diálogo de tú a tú. El PSOE de Sevilla y el de Málaga serán clave. Ya tienen instrucciones de San Vicente.
Mientras el PP asiste desde la barrera: "Lamentable. No tienen hoja de ruta". Los socialistas lo desmienten: "La hoja de ruta es lo que dice el programa electoral: la gran caja". Van para 11 años.