Hay muchas veces que los tres fríos puntos que se colocan en la clasificación tras una victoria tienen un valor añadido. Las circunstancias en las que el Betis jugaba el Domingo de Resurrección en Pamplona estaban dentro de la problemática que había traído en la Semana Santa las consecuencias del botellazo recibido por Armando en el partido frente al Athletic. Aunque quedan por delante los recursos a los correspondientes comités, el tiempo en el que se dilatará el castigo y las muchas circunstancias que todavía han de concurrir, todo ello le daba al partido ante Osasuna otro valor. Perder podría meter al Betis en una situación casi irreversible en la pelea por la permanencia pero ganar le significaba salir airoso, tomar una enorme moral y mirar de soslayo hacia el descenso. El gol de Mark González que le daría la victoria al Real Betis iba a significar ese valor añadido que intrínseco con los tres puntos del partido.
Firme. Pamplona y Osasuna tienen siempre muchas dificultades. Ambiente fuerte en las gradas, aunque en esta ocasión bastante frío por las vacaciones de Semana Santa, y un equipo, el rojillo, rocoso y siempre difícil por cómo sabe jugar los partidos en el Reyno de Navarra. El Betis supo capear muy bien la primera parte haciéndose fuerte en la zona defensiva, donde Melli y Juanito completarían un magnífico partido especialmente en el juego aéreo, encontrándose muy pronto Fernando Vega con una tarjeta que le impide, como sucedería después con Arzu, jugar ante el Barcelona. Pero con estos avatares llevó siempre el partido con tranquilidad.
Mark, decisivo. Los primeros minutos del segundo tiempo fueron cruciales, marcó Mark González, el Betis no tuvo la pelota, pero sí fortaleza defensiva y un portero sobresaliente para convertir en victorioso su paso por Pamplona.
