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Triplete de Cavendish, con Nibali esperando a la Bola del Mundo

El británico Mark Cavendish (HTC-Columbia) volvió a imponerse y sumó en Salamanca su tercera victoria de etapa en la Vuelta 2010, que sigue liderada por el italiano Vincenzo Nibali (Liquigas).

el 16 sep 2010 / 22:03 h.

Cavendish se impone a Haedo en Salamanca.

El británico Mark Cavendish, del HTC-Columbia, firmó su tercera victoria en la Vuelta tras imponerse con autoridad al sprint en la decimoctava etapa de la Vuelta disputada entre Valladolid y Salamanca, jornada de transición que permitió al italiano Vincenzo Nibali (Liquigas) retener sin problemas el maillot rojo de líder.

Volvió el sprint y volvió Cavendish, fiel a la cita. La montaña y la cronometrada de Peñafiel escondieron a los guepardos en la trastienda de la Vuelta. Pero llegó la llanura castellana y Cav firmó un hat trick, de nuevo con superioridad, como en Lleida y Burgos.

Dejó con la miel en los labios al argentino Juan José Haedo (Saxo Bank) y al portugués Manuel Cardoso (Footon), en una jornada que se disputó a una media de 43 kms/hora, con el nerviosismo en el pelotón ante la posibilidad de que apareciese el temido viento lateral.

De nuevo lanzado por su escudero de lujo, el australiano Matt Goss, que le deja el balón en la boca del gol para empujarlo, el doble campeón del Mundo en pista aprovechó para apuntarse la undécima victoria de la temporada y la quinta de su equipo en la presente Vuelta.

Una etapa de transición en espera de la decisiva etapa del sábado con final en la Bola del Mundo que obligó a trabajar a los favoritos, ya que el ritmo fue elevado, pero que no alteró los puestos de la general.

El italiano Nibali subió al podio un día más a ponerse el maillot rojo. Conservó los 38 segundos sobre Ezequiel Mosquera (Xacobeo) y 1.59 respecto al eslovaco Peter Velits (Columbia).

La etapa entre Valladolid y Salamanca era un día para que los velocistas se volvieran a lucir tras el paso por la montaña y la contrarreloj de Peñafiel. El pelotón permitió una fuga inicial con ocho corredores, entre ellos el gaditano Juan José Estrada y el manchego José Vicente Toribio, ambos del Andalucía-CajaSur. Les acompañaban Pichot (Bouygues), Urtasun (Euskaltel), el gaditano José Alberto Benítez (Footon), Pietropolli (Lampre), Kaisen (Omega) y Roels (Milram).

Aventura condenada de antemano, pues el pelotón nunca permitió una ventaja superior a los 2:40 minutos. El HTC-Columbia de Cavendish y el Garmin de Tyler Farrar ejercieron su responsabilidad tirando del grupo, sobre todo el primero de ellos, que tuvo que sacrificar hasta tres hombres para mantener a raya a los fugados para luego condenarlos al fracaso en el tramo final.

A 50 kilómetros de meta la entrada del viento lateral puso sobre aviso al pelotón, con el Caisse d’Epargne y el Liquigas del líder Nibali a la cabeza. La acción de Eolo era temida por el pelotón, pero no pasó nada.

El pulso de los ocho fugados contra el resto finalizó a 13 kilómetros de meta por el elevado ritmo del Columbia, que ya estaba iniciando las maniobras de aproximación a Salamanca, en busca del sprint masivo.

Antes de que se cumpliera el guión establecido intentó el despegue el belga Philippe Gilbert, el hombre que ganó la tercera etapa en el Castillo de Gibralfaro. Apareció en cabeza el Liquigas en busca de una llegada propicia para Daniele Bennati y más tarde el Quick Step imprimió tal ritmo en los últimos 1.000 metros que despejó la volata.

Con la pancarta de llegada a tiro de piedra apareció Goss con su fuerza brutal. Desbrozó el camino para que su jefe levantara de nuevo los brazos en vencedor, que ya tiene el tres en la Vuelta. Camino de la manita del Tour.

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