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Calidad, precisión, efectividad, llámenle como quieran. De los cuatro primeros remates del Betis en todo el partido, tres acabaron en gol, todos de bellísima factura por cierto, así que al Getafe, que antes había desperdiciado un buen puñado de ocasiones –clamorosa una de Alvaro Vázquez en el 51’, el preludio de su fin– no le quedaba más que agachar la cabeza y rendirse ante la evidencia.
La evidencia de un Betis que te mata con nada, a la primera que te descuides. Y él se descuida bien poco, sobre todo ahora que tiene un portero de talla bajo los palos –aunque se viera sorprendido en el 1-1, su partido fue completísimo– y un buen surtido de centrales, que cuando no está Mario cumple Perquis y cuando no es éste comparece Paulao para poner orden en la retaguardia. Vaya si ha crecido este equipo defensivamente, aunque ayer concediera más opciones de la cuenta al rival, un buen Getafe al que los especialistas de la cosa auguran una gran trayectoria en esta Liga.
De momento, está a seis puntos del Betis, que ya suma 19 –casi la mitad de los necesarios para la salvación– cuando apenas se ha cumplido el primer cuarto de Liga. Tiempo habrá para soñar más adelante si el equipo sigue creciendo de la mano de Pepe Mel, cada día mejor entrenador y estratega, que está sabiendo exprimir a tope el apañado plantel que tiene a sus órdenes.
De menos a más. Ayer no fueron buenos los primeros 56 minutos del Betis, hasta que salió Jorge Molina y cambió todo. El equipo había estado por debajo del Getafe, que supo explotar la calidad de su banda derecha, con Varela y Pedró León, para hacer bastante daño por ese costado y poner en serios apuros el portal de Adrián, muy seguro en todas sus intervenciones y el mejor de su equipo hasta que tocaron a zafarrancho.
Porque fue entrar Jorge Molina (56’) y cambiar todo. Al minuto llegó el primer remate bético del partido y a los dos, el 0-1, obra suya tras asistencia de Rubén Castro y pase previo magistral de Salva Sevilla.
El Getafe había perdonado y este Betis no perdona, te mata a la primera. Empató Diego Castro diez minutos después, pero ahí que apareció Beñat, hasta entonces desdibujado, para sacarse otra obra maestra de la chistera, una falta a lo Beñat, sin apenas ángulo, que coló por la escuadra del apesadumbrado Moyá. Era el 1-2 y acto seguido Juan Carlos monta una contra que Rubén Castro transforma en letal: 1-3 y el destrozo estaba hecho.
Apretó el Getafe, redujo distancias (2-3) y en su afán por buscar el 3-3 encontró el 2-4 en una contra de libro de tres béticos solos contra el porteroque resolvió con calidad Salva Sevilla.
El Betis cuarto, con 19 puntos, una cifra jamás alcanzada en su historia, firmando su tercer mejor arranque liguero de todos los tiempos. Casi nada. Y jugando una hora bastante mal... para lo bien que lo sabe hacer. 2 - Getafe: Moyá; Valera, Rafa, Alexis, Miguel Torres; Xavi Torres, Juan Rodríguez (Colunga, m.66); Pedro León, Barrada, Diego Castro; y Álvaro Vázquez (Alcacer, m.65).
4 - Real Betis: Adrián; Nelson, Paulao, Perquis, Alex Martínez; Beñat (Rubén Pérez, m.74), Cañas, Salva Sevilla; Juan Carlos (Nacho, m.78), Rubén Castro y Campbell (Jorge Molina, m.56).
Goles: 0-1: M.58 Jorge Molina; 1-1: M.67 Diego Castro; 1-2: M.73 Beñat; 1-3: M.74 Rubén Castro; 2-3: M.89 Pedro León; 2-4: M.94 Salva Sevilla.
Árbitro: Ayza Gámez (comité valenciano). Amonestó a Rafa y Barrada, del Getafe; y a Beñat, Cañas, Adrián y Rubén Castro, del Real Betis.
Escenario: Encuentro de la 10ª jornada de Liga disputado en el Coliseum Alfonso Pérez Muñoz de Getafe ante unos 7.000 aficionados, cerca de un millar de ellos seguidores béticos.
