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Triunfo de la gracia y el buen gusto

el 14 mar 2013 / 08:30 h.

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ENTRE SEVILLA Y TRIANA
Sainete en dos actos de Pablo Sorozábal. Teatro de la Maestranza. Fecha: miércoles 13 de marzo de 2013. Juan García Rodríguez, director musical. Curro Carreres, director escénico. Intérpretes: Carmen Solís, María José Suárez, José Julián Frontal, Alejandro Roy, Ángel Garó, Gurutze Beita, Julián Ternero. Orquesta Sinfónica de la Universidad de Sevilla y el Conservatorio Manuel Castillo. Coro de la A.A. del Teatro de la Maestranza.

Por primera vez en años no se ha importado un título del Teatro de la Zarzuela; se ha apostado por la coproducción con los teatros Campoamor, del Canal y el Arriaga, donde se estrenó en junio pasado. Antes no se había programado en cincuenta años por su delicado argumento - ¡Qué importa que mi hijo no lleve del pare el apellio, si yo casi me alegro porque así es más mío!, canta la protagonista - pues se trata ciertamente de una pieza notable en inspiración musical, delicadeza e ingenio teatral.

Con un precioso y colorista mosaico de cerámica trianera con representaciones emblemáticas de Sevilla y un puerto por el que asoma un mastodóntico barco por decorado, los personajes se movieron con agilidad y sentido teatral, imbuyendo de alegría y vitalidad una comedia en el que números bailados con sabor a musical (el traje de marinero de Micaela, el baile del Zorongo con concepto a lo West Side Story) se intercalan con sentimentales romanzas (Frontal clavó el Salve Sevilla con el que el compositor vasco homenajeó a la ciudad, mientras Alejandro Roy estuvo a la altura de Kraus en Tú qué sabes del cariño). El cantaor Jesús Méndez adornó con excelente estilo y voz generosa el elegante y preciso paso a dos de Carmen Coy y Mª José Ramón y el cuadro flamenco de la Cruz de Mayo. Carmen Solís estuvo estupenda con su voz amplia y potente, y María José Suárez con su vis cómica, mientras Gurutze Beitia superó ante el público sevillano la imitación de nuestro acento. Se agradeció la dicción clara de todo el reparto y la gracia de Ángel Garó, aunque al principio nos preocupara una posible afonía.

Necesitaría todo el espacio de esta crítica para comentar la intervención de la joven orquesta universitaria y del conservatorio. La hemos oído con programas sinfónicos en Ingenieros, y con ópera en el Lope de Vega; pero anhelábamos disfrutarla con la insuperable acústica del Maestranza, y vaya si lo hicimos. Solo con tan magníficas prestaciones, gracias al trabajo impagable de su director, Juan García Rodríguez, pudo apreciarse la sensibilidad y el buen gusto de una partitura que no abusa del tipismo y el folclore, ampliando sus horizontes con una mirada más cosmopolita, sin por ello renunciar a sevillanas o una habanera impecable en la voz de esa otra joya que es el coro maestrante.

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