La derrota ante la Ponferradina del miércoles obligará al Sevilla a realizar un esfuerzo que no estaba previsto para remontar una eliminatoria que se ha puesto cuesta arriba. Un contratiempo que además obligará a acelerar la recuperación de algunos jugadores.
Queda claro que, por lo visto hasta el momento y sobre todo el pasado miércoles, la Copa del Rey no es una competición que se le dé bien a Manolo Jiménez. A pesar de advertir el mismo técnico del Arahal en la previa que la Ponferradina, al igual que el Denia la pasada campaña, podía causar problemas, sus hombres salieron al césped del Toralín totalmente relajados. Se repitió la historia de hace ya un año. También el Denia era un equipo de Segunda división B. También Jiménez comenzó dándole minutos a los menos habituales en aquel encuentro, y aun así el equipo apenas respondió con un empate en la ida (1-1). Con este resultado un tanto abierto sufrió de lo lindo en el partido de vuelta, en el comienzo de 2008, en el que logró el pase con un tanto de duduso penalti en el descuento (4-3).
Pues bien, ahora la situación es aún peor. El resultado ante la Ponferradina es de 1-0 en contra y un resultado como el de la temporada pasada ante el Denia significaría decir adiós a la Copa del Rey. Si a ello se le suma las cuantiosas bajas que está sufriendo una semana sí y otra semana también el Sevilla, el problema es importante.
El ejemplo del Denia. La vuelta de la eliminatoria de 1/16 de final ante la Ponferradina tendrá lugar el 12 de noviembre en el Sánchez Pizjuán, y aunque a priori el Sevilla tiene argumentos de sobra para remontar el 1-0 de el estadio de El Toralín, un encuentro de vuelta con tanta exigencia y con tanta presión para evitar el fiasco en la Copa del Rey obligará al conjunto nervionense a poner encima de la mesa lo mejor de la plantilla. Lo mejor de una plantilla que sigue muy mermada y a la que Jiménez tendrá que seguir exprimiendo sin respiro las próximas semanas.
Porque además, y el partido del miércoles fue un buen ejemplo, el de Arahal no está del todo contento con los menos habituales, y lo demuestra el hecho de que Crespo (sustituto natural de ambos laterales ante la baja de Drago) y De Mul (en teoría sustituto de Navas) fueran sustituidos e indirectamente señalados (en el caso del belga de forma inexplicable) durante el encuentro. Por ello, ese partido de vuelta que se presuponía un trámite ya no será tal. Capel y Kanouté, principalmente, llegarán recién salidos de sus respectivas lesiones y Jiménez apenas podrá dar descanso a futbolistas que, a falta de recambios, tendrán que repetir tanto en la Liga como en la UEFA la próxima semana.