«Tu subconsciente es tu propio guardián»

el 08 ene 2011 / 17:35 h.

Juan S. no oculta su identidad por miedo o vergüenza ya que "de eso se beneficia esta gente" sino para proteger a sus hijos adolescentes y que "no tengan que escuchar mira el imbécil de tu padre". Sabe que muchos piensan que sólo los "ingenuos" pueden caer en una secta pero lo cierto es que "basta un momento que prestes atención y te pille en un momento bajo por lo que sea. Escuchas y caes, porque usan técnicas y métodos psicológicos perfectamente definidos y estudiados".

Juan fue discípulo de Antonio Javier Ruiz Plazas (Shiva Shankara), el gurú de la secta granadina denunciada entre 1980 y 1988 y entiende que la gente se pregunte cómo se puede caer. "Yo mismo al salir no me lo podía creer". Junto a otros denunció a la comunidad pero el juez lo archivó.

En su caso, tenía 20 años y por circunstancias familiares llevaba trabajando desde los 11. "Me sobrecargué de responsabilidades, exploté y quería viajar, conocer mundo, me interesé por el tema de la espiritualidad. Curiosamente buscando libertad me vi secuestrado".

Aunque durante ese tiempo seguía trabajando para fuera "estaba en una burbuja". Perdió el contacto con sus amigos, su familia y la sociedad. Hoy ha rehecho su vida pero reconoce que "aún así ni con la familia es igual y económicamente voy a traspiés, porque en esos años es cuando te asientas". "Además, si entras con 18 y sales con 30, tu madurez es la de los 18 porque allí dentro no tomas ninguna decisión, deciden por ti, te enseñas que tú no puedes decidir porque si lo haces te equivocas y te humillan ante el resto, así que no afrontas nada", explica.

La captación e inmersión es paulatina. Se accede a más información sobre lo que allí pasa cuanto más metido estás porque "está prohibido hablar unos con otros". En su caso, estuvo desde muy pronto cerca de la cúspide de la jerarquía y cuando empezó a ser crítico y rebelde, para mantenerlo, el gurú lo casó con una adepta, una periodista que entró con 23 años para hacer un reportaje sobre el hinduismo, que hoy sigue dentro. También había psicólogos y hasta médicos. "Yo le expresaba mis dudas, ella a mí no, y ella se lo contaba todo a él. Luego supe que, como al resto de mujeres, la tenía como concubina, de hecho hoy sólo tiene mujeres y un hombre de esa época".

¿Qué chip saltó en su mente para escapar? En su caso fue tomar conciencia de su delicado estado de salud. Cuando salió pesaba apenas 48 kilos. El control de la comida y el sueño forma parte de las técnicas para mantener débiles cuerpo y mente y facilitar la manipulación. "Entran en tu subconsciente de forma que tú te conviertes en tu propio guardián que te impides marchar, no hacen falta rejas".

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