El Teatro de la Maestranza de Sevilla ha comenzado los ensayos de la ópera "Turandot", de Giacomo Puccini, que ofrecerá a partir del 18 de marzo y que podrá ser vista por algo más de 10.000 personas.
Apenas quedan disponibles unas 200 localidades de las 10.800 puestas a la venta para las seis funciones de esta obra que contará con un doble elenco vocal formado por Maria Guleghina y Janice Baird para el papel de Turandot, Fabio Armiliato y Marco Berti en el rol de Calaf, así como Daniela Dessì y Norah Amsellem para el personaje de Liù, acompañados por la Sinfónica de Sevilla, dirigida por su titular, Pedro Halffter.
El montaje escénico, con dirección original de Jean-Pierre Ponnelle, es producción propia del Maestranza, aunque primigeniamente fue propiedad de La Fenice de Venecia.
En 1998, tras el estreno en Sevilla, el Maestranza compró la producción y, desde entonces, la ha rentabilizado alquilándola a otros teatros, y con esta renovada reposición, doce años después, el Maestranza recaudará 775.000 euros de taquilla.
Maria Guleghina, que encarnará a Turandot, la "princesa de hielo" incapaz de amar, que somete a los hombres que aspiran a su amor a difíciles enigmas, declaró a Efe que se ha documentado mucho para profundizar en la psicología del personaje y para pulir la interpretación vocal y dar el color adecuado a la voz, así como la entonación precisa.
La diva ucraniana, que ya ha triunfado con este rol en el Palau de les Arts y en el Liceu, explicó que Turandot "es una mujer llena de sentimientos, emociones, miedos y recuerdos del pasado, que ella enmascara bajo esa frialdad, que es una mera apariencia".
La soprano afirma sentirse "feliz por regresar al Maestranza" (donde anteriormente triunfó con Norma, que supuso su debut en España, en 2000, y Tosca) porque este teatro y su público "me ayudaron a desarrollar y a compaginar trabajo y maternidad en un momento difícil para mí, pues me incorporé a los ensayos de 'Norma' con mi primer hijo recién nacido; haré lo posible por no decepcionar a mí público".
Fabio Armiliato, otro cantante apreciado en el Maestranza por sus actuaciones en "Andrea Chénier", "Manon Lescaut" y "La fanciulla del West", interpretará a Calaf, a quien ve como "un príncipe exiliado que quiere conquistar su reinado a través de un reto (descifrar los tres enigmas de Turandot) que superará gracias a su habilidad y coraje".
El prestigioso tenor genovés tendrá que enfrentarse a la famosa aria 'Nessun dorma' que, explicó, "se ha transformado casi en un himno a la victoria, con versiones muy diferentes".
"La dificultad -precisó Armiliato- es cantarla bien siendo respetuoso con la partitura original, en una escena de reflexión del personaje, escrita de manera extraordinaria por Puccini, que supone el único momento contemplativo del príncipe desconocido".
Uno de los atractivos de esta ópera de Puccini reside en que el compositor confirió al personaje de Liù -la criada que sacrifica su vida por amor a Calaf- casi la misma importancia teatral y musical que a Turandot, lo que supone una especie de "duelo" entre sopranos que requiere a dos cantantes de gran nivel, aunque con un tipo de voz bien diferente, ya que una debe ser dramática (Turandot) y la otra lírica (Liù).
La soprano Daniela Dessì, recientemente ovacionada en "Andrea Chénier" en el Teatro Real, será quien se sitúe frente a Maria Guleghina (Turandot) para dar vida a Liù, personaje que Dessì describe como "una mujer fuerte y dulce al mismo tiempo, que se sacrifica por un amor verdadero y puro, desinteresado".
La diva genovesa, que regresa al Maestranza tras su éxito en "La fanciulla del West" y en "Manon Lescaut" en pasadas temporadas, ofrecerá "el aspecto más dulce" de su voz lírica para recrear a la última heroína pucciniana, recurriendo al uso de las medias voces y también, en el final, al aspecto más dramático, "pero siempre ligado a la ternura y a la dulzura que caracterizan a este personaje desde el inicio de la ópera", ha comentado.
Por su parte, Pedro Halffter elogió la calidad artística del elenco vocal reunido para "Turandot", cuya música, explicó, "nace entre armonías románticas para sumergirse en arquitecturas propias ya del siglo XX; los cuatro años de intenso y doloroso trabajo de Puccini reflejan claramente esta apasionante evolución".
