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Turismo y competitividad

El Foro Económico Mundial publicó el año pasado, en la estela de sus informes sobre competitividad, un trabajo centrado en medir esta en un sector económico muy concreto, el del Turismo, para un amplio número de países. Se trata de un nuevo reconocimiento de que esta industria ha pasado a ocupar un puesto clave en la economía mundial.

el 14 sep 2009 / 23:08 h.

El Foro Económico Mundial publicó el año pasado, en la estela de sus informes sobre competitividad, un trabajo centrado en medir esta en un sector económico muy concreto, el del Turismo, para un amplio número de países. Se trata de un nuevo reconocimiento de que esta industria ha pasado a ocupar un puesto clave en la economía mundial. De hecho, en 2006 el sector turístico y de viajes aportó el 10,3% del PIB mundial y le dio empleo a 234 millones de personas. Su fortaleza ha ido incrementándose año a año de una manera constante en las últimas décadas. Baste decir que, de acuerdo con los datos de la Organización Internacional del Turismo, el número de llegadas internacionales a los aeropuertos en 2004 fue de 763 millones frente a los 25 millones registrados en 1950. A nadie se le escapa que las cifras respectivas para España, segundo destino mundial sólo por detrás de Francia, son aún más relevantes. El mencionado informe pretende construir un índice global de competitividad en turismo que permita establecer un ranking con los 124 países incluidos en el estudio. Este índice se fabrica puntuando, tanto con datos objetivos a partir de diversas fuentes como a partir de puntuaciones entresacadas de encuestas, los diferentes factores y políticas públicas que se considera favorecen el desarrollo del turismo. Las variables tenidas en cuenta son numerosísimas, hasta 58, pero terminan agrupando en tres subíndices: marco regulatorio infraestructuras y medio empresarial; y, por último, recursos humanos, naturales y culturales.

La posición ocupada por España en el índice global es la número 15. Valórese este puesto teniendo en cuenta, por un lado, que según el índice de competitividad general, que cubre el conjunto de los sectores económicos sólo llegamos al puesto 29, y que, por otro lado, esto significa dejar atrás a un importante conjunto de competidores, como Italia, Portugal, Grecia, Croacia, etc., por limitarnos a Europa. La principal fortaleza de nuestro país son las infraestructuras turísticas (hoteles, alquiler de coches, etc.) y de transporte aéreo. También puntúan alto los recursos naturales y culturales (en patrimonio cultural sólo quedamos por detrás de Italia). Por último, ocupamos el tercer puesto mundial en cuanto a la implicación del sector público en la defensa de este sector.

Y las debilidades? La poca competitividad de nuestros precios y la rigidez del mercado laboral. Ahora bien, se trata de dos "desventajas" en las que los países europeos más desarrollados también se sitúan a la cabeza (lo de las comillas viene porque uno no está todavía tan abducido por la teodicea neoliberal como para tragarse que una mayor estabilidad laboral sea un desventaja social; más bien sería lo contrario), por lo que, ya digo, no parece alarmante a día de hoy. Obsérvese además que quienes lideran la clasificación en lo que toca a esta variable son Zambia y Singapur.

Existen, sin embargo, una parcela en la que sí nos distanciamos sustancialmente respecto de los países más avanzados de Europa: la calidad de nuestra regulación medioambiental. Mejorar en esa parcela haciendo más rigurosa y equilibrada nuestra norma-tiva debe ser la apuesta por la sostenibilidad futura tanto del sector como del medio en que debemos seguir viviendo. Sobre todo, una vez visto que la competencia vía precios ya no es nuestra batalla.

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