Cultura

Turturro le canta a Nápoles

Martin Scorsese presenta en Venecia su homenaje al maestro Elia Kazan

el 04 sep 2010 / 20:45 h.

John Turturro, en Venecia.
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El estadounidense de ascendencia italiana John Turturro presentó ayer en Venecia, fuera de concurso, su cinta Passione, en la que el actor y cineasta da rienda suelta a su pasión por las gentes y la música de la ciudad de Nápoles. La producción audiovisual supone un viaje documental de hora y media de duración por la caótica ciudad del sur italiano, en un recorrido por las canciones, los mitos y los barrios de uno de los lugares de Italia con mayor presencia de la sanguinaria Camorra.

"Ha sido más que nada una aventura para nosotros, porque hemos descubierto lo que había. Creo que la música napolitana es una música internacional y ya no sólo es la música del pasado, sino de ahora y, por tanto, la cultura de Nápoles es una cultura internacional, con influencia del norte de África, España y Francia", dijo Turturro en rueda de prensa.

"Hemos rodado en las partes más pobres de la ciudad, porque era más interesante para nosotros. En esas partes hace falta más la música y la música está más presente", agregó el cineasta, quien explicó que Passione no pretende ser una cinta "nostálgica".

Imágenes de las grandes voces del pasado de Nápoles como Beppe Barra se mezclan en esta cinta (de producción italiana) con los intérpretes musicales más modernos como Raiz, capaces de renovar las tradiciones, ofreciendo un repertorio de sonidos que hablan de amor y sexo, pero también de inmigración y de protestas sociales. "Creo que Nápoles es uno de los lugares del mundo que puede ser definido como más musical. Mucha música viene de este sitio. Es uno de los sitios de mayor actividad musical del mundo. Lo ha sido y lo sigue siendo", comentó el estadounidense.

"En mi casa en los últimos años -añadió- se escuchaba sólo música napolitana y después tuve que escuchar otros nuevos autores con alguna ayuda. A muchos no los conocía y para mí ha sido un gran descubrimiento. Yo crecí en una casa el la que se escuchaba mucha música".

Turturro se mostró "agradecido" por haber tenido la oportunidad de viajar a Nápoles, rodar esta cinta y por poder llevarla a otros lugares y que sea vista fuera de Italia.

Por su parte, el cineasta estadounidense de origen griego Elia Kazan (1909-2003) recibe un muy personal homenaje de parte de Martin Scorsese en el documental A letter to Elia, que también fue proyectado ayer fuera de concurso en el 67 Festival Internacional de Cine de Venecia.

La cinta, dirigida por Scorsese y Kent Jones, hace un recorrido por los aspectos más importantes de la vida personal y profesional del director de Al este del Edén (1955) o Un tranvía llamado deseo (1951), ganador de tres Óscar de Hollywood.

Durante la hora de duración de la cinta, Scorsese aparece en pantalla y se muestra sin tapujos para ser la voz narradora de una obra que pretende recordar al director que supo poner imágenes a los mismos procesos y experiencias que él vivió durante su adolescencia en Nueva York.

"El único modo en que puedo decirte lo que has significado para mí es seguir haciendo películas", afirma Scorsese en un muy sentido final en el que, por primera vez, se dirige directamente al difunto cineasta.

A letter to Elia contiene además algunas declaraciones del propio Kazan grabadas en vida y recuerda también el difícil momento que vivió el cineasta cuando tuvo que comparecer hasta en dos ocasiones ante las autoridades estadounidenses por sus simpatías hacia el comunismo. En la cinta, Scorsese explica también cómo conoció por primera vez a Kazan en 1964, cuando éste fue a impartir una charla a la Universidad de Nueva York en la que por entonces estudiaba.

Pero más allá de las vivencias personales, el cineasta recuerda la obra de Kazan, esa obra que, según él, destilaba una "potencia encantadora" y que le llegó a hablar de una forma que jamás pensó que nadie pudiera hacer.

En ese sentido, tres son los filmes que quedan de relieve por encima de los demás: Al este del Edén, Río salvaje (1960) y América, América (1963), en el que Kazan aborda el fenómeno de la inmigración hacia Estados Unidos del que él se sentía parte. "Ha sido uno de los artistas que me ha dado más seguridad a la hora de hacer mis propias películas", explica en el documental Scorsese, quien muestra además algunas fotografías que ya en los últimos años de vida de Kazan pudo hacerse con su admirado director de cine.

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