Tussam prepara ya las bases de un plan de saneamiento que se volverá a someter a debate el viernes y que debe cerrarse en las próximas semanas. Ante las elevadas pérdidas y la falta de colaboración de la Consejería de Obras Públicas, la empresa no puede mantener el nivel actual de prestación de servicios, y prepara recortes. En el borrador inicial de trabajo se planteó el traspaso al Consorcio de Transportes de once líneas -aquellas en las que se puede aplicar un concepto metropolitano-, que se gestionarían a través de concesiones a empresas privadas. Aunque la medida depende aún de numerosos estudios y no están definidas qué rutas se verán afectadas, la empresa de transportes ya ha sacado a concurso la contratación de un proveedor: una compañía que ponga precio a la prestación de los servicios y a la que se recurriría en caso de que se opte por la gestión privada de algunas líneas. El plazo de presentación de ofertas finaliza en marzo.
El concurso, aprobado en Mesa de Contratación, fue publicado en el Boletín Oficial del Estado, y viene a crear una figura hasta ahora inexistente. En los últimos años cuando se ha privatizado la gestión de una línea, como la C7, se ha adjudicado directamente a una empresa, en este caso Casal, la misma que tiene la concesión de las únicas rutas urbanas de la ciudad que no dependían de Tussam.
Junto a esta medida, y a la espera de la definición del plan de saneamiento, Tussam ya ha empezado a aplicar recortes en sus gastos de personal Desde ayer dejó de prestar servicio la línea lanzadera que utilizaban los conductores al menos desde 2002, según subrayaron desde el comité de empresa. Además, en la nómina de enero ya se han suprimido determinados aspectos del convenio colectivo, como los viajes de bonobús para los cónyuges de los conductores -figuraban en los salarios como un pago en especie- y la bolsa por prima de desplazamiento, que se empleaba como un complemento vinculado al absentismo de los conductores. En ambos casos, según los sindicatos, se ha alegado que los recortes respondían a "problemas de tesorería".
"Queremos negociar pero nos conducen al conflicto". El concurso para obtener una empresa proveedora y la supresión de las lanzaderas han generado un enorme malestar en el seno de la plantilla. El comité alertó ayer de "la falta de información" y de las "actuaciones unilaterales" de la empresa. "Nosotros tenemos una gran voluntad negociadora, pero estas decisiones parecen una provocación de la dirección. La asamblea de trabajadores nos mandó mantener el diálogo abierto desde el principio, pero no nos van a dejar otra salida del conflicto" explicó el secretario general de la sección sindical de CCOO, Miguel Pereira. Los sindicatos tienen ya preparadas protestas para el 11 de febrero.
