R.Velis/J.Alonso
Otros seis autobuses se suman a la oleada de ataques que viene sufriendo la flota de Tussam tras la huega de los trabajadores del servicio la pasada primavera. La empresa puso estos nuevos hechos en conocimiento de la Fiscalía de Sevilla.
El pasado 29 de noviembre seis autobuses de distintas líneas de Tussam fueron de nuevo objeto de diversos ataques, que provocaron la fractura de cristales de los laterales de los vehículos. Las líneas afectadas fueron la 10, a su paso por la Avenida de Medina Galnares; la C4, en la Calle Torneo; la 1, por la zona del hospital de San Lárazo; y la línea 2, en la Ronda del Tamarguillo y en la barriada de Palmete.
Todos estos hechos han sido puestos en conocimiento de la Fiscalía de Sevilla, que mantiene abierta las diligencias por daños registrados desde la pasada primavera y que se recrudecieron en veran, afectando a unos 200 vehículos. Según explicaron fuentes del Ministerio Fiscal, esta es la tercera vez que los servicios jurídicos de la empresa amplían la denuncia originaria, en la que también se puso en conocimiento de la Fiscalía la supuestas amenazas sufridas por los conductores del tranvía por parte de compañeros de Tussam.
La empresa ha restado importancia a estos nuevos actos, ya que aseguró que se trata de "un hecho aislado" porque los ataques "han cesado". De esta forma, Tussam asegura que la nueva ampliación de la denuncia responde a un puro "trámite administrativo", ya que el gabinete jurídico no ha informado a la empresa de estos sucesos, sino que directamente ha remitido la información a la Fiscalía.
Este tipo de acciones vandálicas cobraron fuerza durante la huelga de la primavera que la plantilla llevó a cabo por lo que consideraba enchufismo en la contratación de 11 trabajadores de Los Amarillos y que terminó con nueve conductores detenidos por dañar 80 autobuses que tuvieron que ser retirados del servicio. No obstante, el juzgado archivó la causa contra los conductores al considerar que los hechos no eran delitos. El asunto se encuentra actualmente en la Audiencia Provincial de Sevilla, que ahora debe decidir si reabre o no las diligencias, ya que el Ayuntamiento recurrió la decisión del juzgado.
Tras un descenso de los ataques, el vandalismo se recrudeció en verano, ya que entre los meses de julio y agosto resultaron dañados unos 200 vehículos. A mediados de septiembre el conflicto se encrudeció con una supuesta campaña de agresiones y amenazas a los conductores del tranvía, a uno de los cuales le quemaron el coche en la puerta de su casa. Estas acciones volvieron a calmarse, hasta que a mediados de octubre de nuevo volvieron a aparecer vehículos dañados, comunicándose los hechos a la Fiscalía, aunque en esa ocasión los sindicatos dijeron que eran casos "aislados".
