La empresa municipal de transportes, Tussam, no ha incorporado este año ningún autobús nuevo... y tampoco lo hará durante 2011. Es decir, que se encadenarán dos años sin renovar la flota, una situación que no se daba desde el curso posterior a la Exposición Universal de 1992. El objetivo de esta medida no es otro que el de ahorrar, porque cada vehículo cuesta del orden de los 240.000 euros, a los que hay que sumar otros 300.000 euros anuales por los que sale su explotación y mantenimiento.
Los últimos autobuses nuevos que se sumaron a la red de Tussam llegaron a finales de 2009. Con ellos se logró rejuvenecer una flota que ahora tiene una edad media de poco más de cinco años, más que aceptable según los estándares de calidad de la propia empresa. Con estos datos en la mano, se ha decidido aparcar en lo posible la incorporación de nuevos vehículos para ajustar aún más los gastos en la desesperada lucha que se mantiene contra la enorme deuda, que cerró 2009 con un saldo negativo de 54,1 millones de euros.
El frenazo a la adquisición de nuevos autobuses se ha acompañado de otra inédita hasta la fecha: los vehículos que se jubilen se van a vender para su reutilización y no se donarán a países en vías de desarrollo, como era costumbre. Tussam da este paso para garantizarse unos ingresos extraordinarios (aunque no sean muy altos, algo dejarán en caja) y porque ha detectado que ahora hay un mercado interesado en la adquisición de autobuses de segunda mano. Y es que la crisis aprieta y vehículos con muchos kilómetros recorridos pueden tener una segunda vida en circuitos menos exigentes.
El proceso para subastar estos autobuses ya está marcha, y desde Tussam reiteran que están amortizados, que todos tienen entre 10 y 12 años de antigüedad y que de hecho desde el pasado verano no circulaban. Con estas ventas la flota quedará en 365 vehículos, una cifra muy similar a la que había hace justo una década. Eso sí, se reitera que el servicio no se verá afectado porque el aumento de la velocidad comercial (ahora está en algo más de 12 kilómetros a la hora tras crecer ligeramente) permite que se atienda igual a determinadas líneas con menos autobuses, algo de lo que no están muy convencidos el grupo municipal de IU (que votó en contra de la subasta en la comisión de contratación en la que se aprobó) y la plataforma de trabajadores eventuales de Tussam, que creen que así se empeora el servicio.
Con esta decisión se acaba, además, con la tradición de donar los vehículos jubilados. Los últimos se entregaron a Cuba y Costa de Marfil, aunque aquí también se esgrime un matiz: Tussam no pagaba el traslado, y las apreturas económicas estaban dificultando que los que se hacían cargo encontraran financiación para mandarlos a los países de destino que los reutilizaban.
A por un recorte del 5% en el sueldo de la plantilla
Tussam considera que ya ha ahorrado lo que podía, con lo que sólo queda algo en lo que recortar: el capítulo de personal. Esto no significa que se vaya a despedir a trabajadores, sino que se pretende lograr una reducción del 5% en los sueldos dentro de la negociación para el convenio colectivo que ahora se inicia.
De esta manera, se intentará repercutir en la plantilla la misma reducción que se ha aplicado a los trabajadores municipales, en aplicación del decreto del Gobierno central que rebajaba el sueldo de todos los funcionarios públicos para combatir el déficit.
Tras la última modificación presupuestaria aprobada por el Gobierno local para destinar más fondos, Tussam va a terminar el ejercicio sin generar déficit, aunque arrastra una cuantiosa deuda histórica. Este cuadre de las cuentas ha sido posible gracias a que se ha incluido la venta del edificio de Diego de Riaño, una partida con la que no se contará el año que viene y que se quiera compensar con este recorte salarial del 5%.
