La comisión ejecutiva de la empresa municipal de transportes repasó ayer las propuestas para subir las tarifas, que se mantienen en la línea de lo ya barajado: una subida para intentar acercarse a las del Consorcio Metropolitano de Transportes, lo que obligará como mínimo a incrementarlas un 5% de media que, al final, perfectamente puede ser hasta el doble. Todo dependerá de la negociación entre los socios de Gobierno, PSOE e IU, y de en qué títulos de viaje se cargan las tintas. Por lo pronto se ha decidido mantener el bonobús sin transbordo, aunque su precio crecerá sensiblemente para ir empujando a los usuarios a apostar por los títulos con transbordo.
Aquí el pulso entre los socios de Gobierno ha sido importante, porque el PSOE quería quitar el bonobús sin transbordo (el Consorcio de Transportes no tiene este título) e IU se ha opuesto rotundamente. Ante la perspectiva de que la propuesta tarifaria llegara al Pleno municipal sin acuerdo político y que allí la tumbaran los votos en contra de IU y PP, los socialistas han optado por dar su brazo a torcer. Esto en teoría debe facilitar el entendimiento entre las partes, ya que Tussam tiene ahora una carrera contra el reloj: si las tarifas no se consensúan en un par semanas, los trámites burocráticos harán muy difícil que puedan entrar en vigor en enero.
Una situación similar se ha dado con la privatización de las líneas más deficitarias de Tussam. IU votó ayer en contra, pese a que el PSOE al final ha optado por cerrar el procedimiento administrativo que abrió para ello y declararlo desierto. Pese a que de esta manera se aparca cualquier externalización, IU quería dejar clara su postura contraria por si en el día de mañana se decide desempolvar la cuestión. Aquí los socialistas han tirado también de pragmatismo: como con las tarifas, no había consenso político y encima podía entrarse en un embrollo jurídico de difícil salida, de ahí que se haya desestimado... "por el momento", tal y como resaltó el vicepresidente de la empresa, Juan Ramón Troncoso.
El freno también se ha echado en la reorganización de líneas, que conllevaba la eliminación de algunas. Aunque no se habían llegado a explicitar, en el punto de mira estaban algunas como la B5 o las nocturnas. Desde la empresa se apunta que la remodelación inicialmente prevista no conllevaba un ahorro económico sustancial, de ahí que se haya decidió esperar a que estén definidas las redes del Metro y del tranvía antes de empezar a redefinir el mapa de Tussam. IU no ocultó su satisfacción por esta decisión, ya que entendía que estos retoques podían afectar al empleo.