La huelga de Tussam quedó ayer no ya suspendida, sino desconvocada. Es decir: no dormida, sino muerta. Ésa era la exigencia de la empresa para empezar a negociar y los sindicatos la han aceptado. Ahora, por fin, hablarán. Ya han quedado para después de Feria.
El martes que viene comenzarán por fin las negociaciones entre la empresa y los trabajadores de la empresa municipal de autobuses, Tussam. Ambas partes, enfrentadas por los actos vandálicos cometidos el año pasado contra la flotilla y atribuidos a ocho trabajadores de la casa, intentarán resolver un conflicto que amenazó con dejar Sevilla en servicios mínimos durante la Feria, y que se evitó prácticamente en el último minuto.
El ánimo de resolver rápida y pacíficamente la situación llevó ayer a los sindicatos con representación en el comité de huelga de Tussam a desconvocar oficialmente las movilizaciones, que hasta ese momento se habían mantenido en la figura jurídica de la suspensión desde que así se aprobara el lunes en referéndum por 979 votos a favor frente a 115 en contra.
El secretario de CCOO en Tussam, Miguel Pereira, se lamentaba ayer ante este periódico de que las "movilizaciones desproporcionadas" que se habían convocado (y con las que su sindicato no estaba de acuerdo) "no han conseguido nada que no se tuviera ya antes, si acaso partimos peor de lo que estábamos, y encima se ha deteriorado de forma importante la imagen de los trabajadores en la calle, para nada. Para ese viaje no hacía falta tanta irresponsabilidad sindical".
"Se ha notado mucho en la calle la actitud de rechazo de la gente hacia los conductores", comentaba ayer Pereira, para contraponer a esas críticas ciudadanas la voluntad de los 1.464 trabajadores de Tussam de acabar con el problema "sin crispación y de forma responsable, como han demostrado".
Ahora lo que queda es "alcanzar un acuerdo razonable", dijo, "y que a nadie se le ocurra volver a plantear unas movilizaciones como las que ahora se han desconvocado". Esta desconvocatoria fue comunicada ayer mismo a la empresa.
