Tras varios meses de negociación y pulso político, hoy por fin se aprueban definitivamente las nuevas tarifas de Tussam, que se aplicarán a partir del próximo 1 de enero. Y lo hacen con un incremento final que será del 5,8%, después de que hasta última hora hayan estado bailando las cifras. Así, y con la base del cuadro tarifario que ya estaba sobre la mesa, la última ronda de negociación ha sido un cara a cara entre los dos socios de gobierno, PSOE e IU, del que ha salido el acuerdo final, tanto que hoy se presentará como una propuesta conjunta. La paz política en el equipo de gobierno, al menos, está garantizada por ahora en este espinoso terreno.
Para ello, al final se han rebajado ligeramente los precios que proponía Tussam para dos títulos: el bonobús simple (se queda en 0,64 cada viaje, cuando la idea era encarecerlo hasta 0,66) y el abono mensual, que costará 32,5 euros frente a los 34 que se barajaron. Este último y el billete univiaje son los que más crecen porcentualmente (8,3%), mientras que el bonobús simple se incrementa un 6,6%. En conjunto, estos tres títulos suben un 7,7%, y es el bonobús con transbordo (que se queda en los 0,7 euros por trayecto que ya cuesta) el que tira a la baja de la cifra global de todo el cuadro tarifario, que se queda en el 5,8%.
A este consenso entre PSOE e IU se ha llegado haciendo equilibrios entre la necesidad de que Tussam recaude más (acumula un déficit de más de 136 millones de euros) y la necesidad de no cargar demasiado las tintas en las tarifas en plena crisis económica... y a ocho meses de las elecciones municipales. El tercer factor determinante ha sido el político: el PSOE tuvo que avenirse a no encarecer en exceso los precios (y a paralizar la privatización y la remodelación de líneas) ante la perspectiva del rechazo de IU, que dejaba a los socialistas con el riesgo de que el Pleno municipal rechazase su propuesta al no contar con los votos suficientes.
IU también defiende que, al margen de la tarifa, hay que aplicar otras medidas que permitan aumentar la velocidad comercial de los autobuses como vía para mejorar la rentabilidad. Eso sí, estas reivindicaciones (que se presentarán hoy por escrito ante el consejo de administración de Tussam) no se consideran condición imprescindible para aprobar el cuadro tarifario. Además, desde la empresa municipal de transportes se ven con agrado algunas de estas propuestas.
Aunque el acuerdo entre PSOE e IU garantiza que los nuevos precios se aprobarán la intención es que tengan el máximo respaldo posible, de ahí que anoche Tussam todavía estuviese negociando con la asociación de consumidores Facua su respaldo. En junio ya definió como “tarifazo” el incremento que se barajaba, muy similar al que se ha pactado, aunque también entonces se preveía eliminar un bonobús sin transbordo que al final se ha mantenido.
Mientras tanto, desde el grupo municipal de IU se defiende la máxima de menos tarifa y más velocidad comercial para los autobuses de Tussam. Y es que han hecho sus cuentas y calculan, por ejemplo, que incrementar el ritmo de paso de los autobuses tendría su repercusión en dinero contante y sonante. Concretamente, por cada kilómetro de mejoría (ahora está de media en 11,7 kilómetros por hora) se ahorraría del orden de los 2,4 millones de euros anuales.
¿Y cómo se consigue esto? Pues en la práctica está casi todo inventado: más carriles bus y más prioridad en los semáforos, medidas que ya están aplicándose, o la colocación de hasta dos canceladoras en cada autobús para aliviar el pago. Relacionado con esto es más novedosa la idea de las premarquesinas, una zona reservada que se colocaría en las paradas con más viajeros para que éstos abonen el importe del billete antes de subirse al vehículo. Esto ya se aplica por ejemplo en el servicio especial de Feria, con lo que precisamente se gana en velocidad.
Por esto mismo al final se ha decidido también situar el precio del billete univiaje en 1,30 euros: se barajó ponerlo a 1,25 euros, pero así el conductor puede devolver el cambio más rápido y acelera el proceso.
Desde IU también se reclama que lo que se recauda tanto por la grúa como por la zona azul revierta completamente en Tussam, y no parcialmente como ocurre ahora a través de la empresa Aussa. La idea, en definitiva, es que el vehículo privado ayude a financiar el transporte público.
Pese a todo, es evidente que una pata importante de esta mesa era el aumento de las tarifas, que en Sevilla no se actualizan desde enero de 2009 pese al incremento del IPC y la subida del IVA que se aplica desde el pasado julio. Con el cuadro tarifario aprobado se trabaja también en animar al usuario a aparcar el bonobús simple por el que tiene transbordo, para así acercarse a las tarifas del Consorcio Metropolitano de Transportes.
