El mantenimiento de los servicios públicos de transporte y limpieza vuelve a ser el gran lastre de los presupuestos municipales. Las transferencias aumentan casi un 38%, y alcanzan los 175 millones de euros, casi una quinta parte del presupuesto de la Corporación municipal -un 16% si se incluyen también los organismos autónomos-.
Son las cantidades más altas destinadas a estos dos servicios en los últimos años debido que su situación económica no se acaba de enderezar. "Mantenemos nuestra apuesta por estas prestaciones pública, ya que éste el único ayuntamiento que gestiona transporte y limpieza sin la entrada de capital privado", explicó la delegada de Hacienda, Nieves Hernández. Pero esta estrategia tiene un precio: 175 millones este año, en plena crisis. Esta cantidad responde a la necesidad de compensar las pérdidas de la prestación de los servicios y el desajuste entre los gastos y los ingresos propios, sea por los billetes o por las tasas de recogida de basura.
Aunque las transferencias aumentan para las dos empresas su situación es muy distinta. Lipasam está inmersa en un plan de saneamiento -un documento marco que regula sus gastos, inversiones e ingresos en los próximos años que está supervisado por la Junta de Andalucía-. La programación de transferencias a la sociedad está por tanto definida desde que se elaboró este documento. El esfuerzo en 2009 es descomunal: 112 millones de euros, 37,2 más que el pasado ejercicio -un aumento del 49%-. Pero tiene un objetivo a medio plazo: si salen las cuentas en 2010, la empresa debe estar completamente saneada.
El problema es precisamente que salgan estas cuentas. Depende de un recurso planteado por la dirección de la empresa de limpieza contra la Junta de Andalucía que no autorizó una operación de refinanción de la deuda. "Eso no modificará las transferencias que realizaremos, nos ajustamos al acuerdo plenario", subrayó Hernández. El Ayuntamiento defiende que en caso de que la Junta no dé el visto bueno a la operación de crédito, sólo se modificará una parte del plan de saneamiento, pero las líneas estratégicas podrán mantenerse. Habrá que pagar más intereses por los créditos y se retrasará el objetivo de la estabilidad presupuestaria.
Tussam parece abocada a vivir una situación similar, aunque esta realidad se sigue retrasando. Con los 63,8 millones que se transferirán a la empresa municipal, la cantidad destinada a compensar el desajuste entre ingresos y gastos propios asciende a 250 millones de euros en los últimos cinco años. Se incrementa en 2009 en un 23,8%. Y en este caso, las perspectivas a corto plazo no son tan halagüeñas para las arcas municipales.
Tussam ya lo advirtió el pasado mes de octubre: el saneamiento de la empresa requería una subida del precio de los billetes, que políticamente no se pudo aceptar. Se rebajaron las expectativas de la empresa, asumiento que iba a tener un precio: los 63 millones que tendrán que transferirse este ejercicio.
Una cifra que se aprueba pese a que ya están en marcha los dos proyectos diseñados para reflotar con recursos propios a la empresa de transportes. El edificio municipal de Diego de Riaño está prácticamente vendido por algo más de nueve millones de euros a una empresa hotelera. Y el solar donde iba ubicado el edificio de Moneo ya sea traspasado a Tussam tras valorarlo en 30 millones de euros. La única opción de generar una vía de ingresos es, de momento, que el plan de construcción del edificio de oficinas ?ahora congelado- salga adelante.
La situación contrasta con las otras dos empresas municipales -Emvisesa y Emasesa-. No sólo no requieren de transferencias, sino que tienen recursos propios para inversiones. El caso de la empresa -de carácter metropolitana y excluida del presupuesto de este año- de aguas es paradigmático: Tiene un presupuesto de 172 millones euros y una capacidad inversora de 47 millones, casi tanto como la Corporación municipal.
