El Consejo de Gobierno de la Gerencia de Urbanismo aprobará este miércoles la tercera y última fase del proyecto de demolición de lo que queda de la cárcel de La Ranilla, a excepción de la parte que se conservará como hito para no olvidar a tantas víctimas represaliadas dentro de sus muros durante el franquismo, cuando se creó la prisión. Salvando esta área, las tareas de demolición del resto se prolongarán por espacio de dos meses y cuentan con un prespuesto de licitación superior a los 180.000 euros.
En concreto, se derribarán los muros perimetrales del antiguo centro penitenciario Sevilla I y los módulos del régimen abierto y de mujeres. También entrará la piqueta en el edificio de funcionarios, los garajes y construcciones auxiliares. Los trabajos también incluirán la limpieza, el desbroce y la retirada de la vegetación que ha ido creciendo en los espacios libres.
Una vez concluida esta fase, sus casi 40.000 metros cuadrados darán cabida a 230 pisos del Estado, un centro cívico, la nueva jefatura de la Policía Local, una pista deportiva y un parque de unos 30.000 metros cuadrados, convirtiéndose en el pulmón verde de Nervión.
