Cultura

Última oportunidad del Fondo Kati

Sevilla acoge una reunión vital para el futuro de los 12.000 manuscritos de Tombuctú

el 11 dic 2014 / 21:29 h.

  La Fundación Tres Culturas acogió ayer un encuentro de vital importancia para «el presente y el futuro» del Fondo Kati, según explicó ayer su principal responsable, Ismael Diadé, quien aseguró que la colaboración iniciada con diversas instituciones tiene por objeto «salvar» el formidable legado de 12.000 manuscritos que la familia de Ali Ben Ziyad al-Quti se llevó consigo a Tombuctú cuando abandonó Toledo, allá por 1467. La cita que Diadé mantuvo ayer con Antonio Vila, de la entidad colaboradora DKV Seguros, y con la directora de la fundación Tres Culturas, Elvira Saint-Gerons, va encaminada a dar forma a una comisión técnica –que integrarán analistas, especialistas en códices árabes, conservadores y restauradores, historiadores, expertos en digitalización y un arquitecto– que tendrá como misión la conservación, restauración, digitalización y catalogación del fondo. Entre los técnicos reunidos ayer con Diadé se hallaban la arquitecta María Paz Villalba; Rocio García Raez, de la Dirección General de Industrias Creativas y del Libro; Eulalia Bellón, del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, y Olga Cuadrado, responsable de la Biblioteca de la Fundación Tres Culturas. El estado actual de esta colección única, dispersa en tres lugares diferentes –una aldea cercana a Tombuctú (Malí), la capital del país, Bamako, y el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, en Sevilla– recomienda una actuación inmediata. «Todo está guardado en cajas de metal desde abril de 2012», explica Diadé. «Hablamos de una zona geográfica en la que, desde finales de febrero hasta octubre, las temperaturas oscilan entre los 45 y los 48 grados. No son las mejores condiciones para proteger manuscritos. De hecho, hay muchos que no se pueden ni tocar», añade. Sin embargo, Diadé es consciente de que «el ser humano siempre será más peligroso que la naturaleza», en alusión a los ataques sufridos por parte de las milicias islamistas. «Han intentado quemar la biblioteca. La han asaltado hasta cinco veces, aunque por suerte la mayor parte de los manuscritos ya estaba fuera. Afortunadamente también, las cosas en mi país han ido mejor en los últimos tiempos, y el acuerdo de paz que está previsto que se firme de aquí a enero permitirá que se pueda retomar el proyecto. Malí es un país que necesita seguridad, pero también hace falta buena comunicación para que no se publiquen barbaridades», añade en relación a los rumores desatados en torno a su cacareada desaparición en los últimos tiempos, cuando Diadé, seriamente amenazado, decidió exiliarse y rehuir a los medios de comunicación. «Ahora me atrevo a hablar porque la situación efectivamente ha cambiado. Hoy tenemos esperanza, para nosotros y para el fondo». Por otra parte, y según adelantó Vila, la proximidad del 550 aniversario de la salida del Fondo Kati de Toledo, prevista para 2017, ha propiciado la implicación de tres ciudades directamente relacionadas con la colección para acoger parte de los manuscritos y exponerlos al público: se trata deToledo, que ha ofrecido como sede el centro cultural San Marcos; Jerez de la Frontera, que ha hecho lo propio con los Claustros de Santo Domingo; y Tarifa, que brinda el Castillo de Guzmán el Bueno. «Esto tiene un altísimo coste», aclaró Vila, a la sazón vicepresidente de la Fundación Fondo Kati, quien estima el presupuesto de la operación en más de un millón de euros. «Nuestra idea es empezar y acabar la tarea, pero no podemos ir solos en este viaje. Hay entidades interesadas en sumarse, pero están esperando a que presentemos el proyecto». Según dijo Vila, la idea de DKV es poner a dialogar de algún modo su colección de arte contemporáneo con la colección de manuscritos del fondo, entre otras actividades pendientes de concreción.

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