Más de 6.000 espectadores se han dejado persuadir por la propuesta de Producciones Imperdibles en el patio de la Facultad de Bellas Artes, que para la ocasión ha resucitado teatralmente la inmortal figura de Gustavo Adolfo Bécquer.
Para aquéllos amantes de dejarlo todo para el último día o para los pesimistas que se quejan de que en Sevilla no hay prácticamente nada que hacer en este caluroso verano, vaya este mensaje: tienen dos días, hoy y mañana, para poder asistir a una de las veladas más curiosas que se hayan fraguado en la ciudad en los últimos años, englobada bajo el título de Soñando a Bécquer.
Porque teatro ha habido y hay, pero que se pueda disfrutar allí donde reposan los restos del genial poeta sevillano es algo fuera de lo común hecho posible merced a la propuesta de Producciones Imperdibles y, sobre todo, al beneplácito de la Universidad de Sevilla, que ha cedido generosamente el patio de la Facultad de Bellas Artes para que, desde el pasado 16 de junio y hasta mañana jueves, se enseñoree el autor de las celebérrimas Rimas y leyendas, en diálogo con sus musas y con los asuntos que le ocuparon durante su corta pero fructuosa vida.
Y más aún: pudiendo el espectador visitar, antes del comienzo de la función, la tumba del poeta (y la de su hermano el pintor Valeriano, amén de otros tantos conocidos del nomenclátor hispalense) en el Panteón de los Sevillanos Ilustres, enclavado en una cripta en la referida facultad.
Como se recuerda una nota de prensa remitida por Producciones Imperdibles, Soñando a Bécquer echa el telón "con más de 6.000 espectadores", lo que la compañía que dirige José María Roca califica como "un gran éxito de público y de críticas" que ha dado fundamento a la agenda cultural de la ciudad durante 52 funciones.
