Las últimas noticias de Dios, que debe estar con gran enfado, conocidas a través de su infalible portavoz en la Tierra, son inquietantes: abre el infierno, el purgatorio y anuncia juicio final. Surgen un montón de dudas, que al menos a mí, ni mis amigos teólogos han sabido aclararme. No sé, por ejemplo, si hay más de un cielo o infierno, es decir, si el que nos corresponde a los que estamos bautizados sin uso de razón en España o en la pérfida Albión, nido de cismáticos como casi toda Europa y América, es el mismo del de los yihadistas o sionistas. Y puestos a hacer consideraciones uno no sabe cuál sea la mejor versión de ellos, si la respuesta es que sólo hay uno de cada. Un poner, el cielo musulmán atrae, promete huríes sin que importe el estado civil en esta vida, aunque discrimina a las mujeres que, al parecer, no tienen correspondiente. Sin embargo, en el Gehena, común a las religiones del Libro, la temperatura media parece similar, aún sin aclarar si entre las torturas se incluye el Tomate y Gran Hermano.
Para los que no alcanzan a comprender esto y no matan, ni roban, ni explotan, son buenos padres, maridos, amantes, amigos, contribuyentes, investigan para la Humanidad. ¿Hay salida o es obligatorio, cielo o infierno? Es que verán, si vas al cielo te puedes encontrar con Pinochet, Franco, Bin Laden, los yihadistas de Leganés, Escrivá, el Papa Clemente, Pitita Ruidejo y, en la alternativa, con Stalin, Ceaucescu, Durruti, Barbarroja o el Conde Drácula. Si se confirma la noticia, y las fuentes son fiables, más nos vale ir buscándonos un abogado, colegiado en el cielo, por supuesto.
Javier Aroca es licenciado en Derecho y Antropología
