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Un 48% de andaluces no piensa ir a votar en ningunos comicios

Un sondeo de la CAVA revela un alto desapego de los ciudadanos con la política

el 21 sep 2010 / 19:44 h.

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El referéndum para la reforma del Estatuto registró la abstención más alta, 63,72%.

"Los políticos dicen una cosa y hacen otra", "cuando gobiernan cambian", "hacen promesas imposibles de cumplir" y "sólo buscan los votos". Estos comentarios, que se pueden escuchar cada día en la calle, son algunos de los motivos que llevan a un 48,1% de los andaluces a asegurar que no hará el esfuerzo de acudir a las urnas ni en las municipales del año que viene ni en las autonómicas y generales previstas para 2012. Si cumplen su propósito, el nivel de abstención sería el más alto de los últimos comicios, sólo por debajo del descalabro del referéndum de 2007 para la reforma del Estatuto (63,72%).
La Confederación Andaluza de Asociaciones Vecinales (CAVA) quería comprobar con datos algo que desde hace tiempo detectaba: el "alejamiento", cuando no "cabreo", de la ciudadanía hacia los políticos que, según su presidente , Antonio Viruez, "en parte tiene que ver con la crisis pero también se están evaluando tres años de gestión" y el hecho de que los políticos vivan "de espaldas a la calle". "Que un concejal vaya a un bar y los vecinos le pongan verde con sus demandas también va en su sueldo", advierte.

Y es que, un 62% de los encuestados se siente muy desilusionado con su alcalde. "Los municipios están llenos de promesas incumplidas", subrayó Viruez mientras mostraba un vídeo electoral de un pueblo andaluz para la campaña de 2007 "lleno de puentes y parques virtuales de los que nunca más se supo".

En el caso de las municipales, ascienden a un 55% los encuestados que afirman que no votarán en 2011, ya que al 48% que no participará en ningún proceso electoral se suman un 4,8% que tiene intención de votar sólo en las nacionales y un 1,7% que sólo lo hará en las autonómicas.

Un 66% reconoce desconocer los programas de todos los partidos aunque un 57% sabe al menos las promesas del grupo con el que el que tiene más afinidad. Para Viruez, "no todo es culpa de los ciudadanos, habrá que ver cómo se plantea el debate político, quizás estén cansados de tanta confrontación y de cómo se aprovechan las desgracias ajenas".
promesas incumplidas. Y es que, el 75% cree que el gobierno de su ciudad ha incumplido sus promesas y reprochan a los políticos que "se escudan en razones de fuerza mayor" (25,6%), "dicen una cosa y hacen otra" (22,4%), cambian al llegar al poder (21,9%), sólo buscan votos (16%) o hacen promesas "imposibles de cumplir" (8%).

El hecho de que más trasparencia sea una petición mayoritaria de los vecinos (44,6%) tiene mucho que ver con la corrupción. "Los ciudadanos no entienden cómo se pueden pagar copas o llamadas eróticas con dinero público o que en un ayuntamiento tenga móvil hasta el Tato".

El presidente de la CAVA - que remitirá la encuesta a los partidos y recopilará en su web "despropósitos" e incumplimientos de los alcaldes andaluces- alertó del riesgo de que con este nivel de participación gobiernen alcaldes "con un veintitantos por ciento de los votos. Eso promueve la aparición de salvadores de la patria, que no creeen en la democracia y se erigen en solución, como en Marbella". "Lo peor que le puede pasar al político es que la gente piense que todos son iguales y ese sentimiento es el que trasluce esa abstención", añadió.

No obstante, el vicedecano de Ciencias Políticas de la Universidad de Granada y asesor del Cadpea, Óscar García Luengo, recuerda que las encuestas siempre marcan "una participación mucho menor a la real, porque un porcentaje muy alto de electores decide si va a votar durante la campaña". Al politólogo no le sorprenden estos datos porque la desafección política no es nueva sino "una tendencia desde los 90".

Advierte de que las municipales, pese a ser usadas por los partidos para "tomar el pulso", registran siempre la menor participación "porque son consideradas menos importantes" y la concurrencia de muchos "independientes y partidos locales hace el juego más difícil de predecir".

En cuanto a si la crisis fomenta el desencanto o la participación como reacción, García Luengo subraya que los más volátiles son los votantes de centroizquierda y la participación sube cuando más reñido está entre los grandes partidos, una situación que da hoy aunque aún no se puede decir si continuará así en 2011 y 2012.

En sentido puro, el descontento con los partidos lo expresa el voto nulo y la abstención implica rechazo al sistema, pero "cada uno expresa el derecho al pataleo de forma diferente" y "la abstención es muy fácil y cómoda, votar en blanco exige ir". Para que se generara un problema de legitimidad, señala la participación habría de ser menor al 40%, algo que ve muy improbable.

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