Permitir que las menores de entre 16 y 18 años puedan abortar sólo con el conocimiento de uno de sus progenitores fue el punto que más revuelo levantó de la nueva ley de interrupción voluntaria del embarazo que entrará en vigor el próximo 5 de julio. Pero lejos de haberse acallado, éstas han vuelto a resurgir.
En esta ocasión ha sido el presidente de la Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción del Embarazo (ACAI), Santiago Barambio, quien advirtió ayer de que sus profesionales "no van a saber" cómo aplicar la ley. "Cuando salga la ley creemos que no sabremos aplicarla. Por ejemplo, si viene una menor y dice: Tengo 17 años y ya he informado a mis padres de que voy a abortar, ¿nos lo creemos o le pedimos un documento que lo acredite ante notario o ha de venir su padre a decir que realmente se lo ha dicho?", se preguntó Barambio.
La ley también prevé que si la mujer de 16 o 17 años considera que decírselo a sus padres le puede causar un problema no tiene por qué decírselo. Ante esta situación, Barambio indicó que a las clínicas acudirán menores alegando que no han informado a sus progenitores, "porque las van a matar o a echar de casa. ¿Su sola declaración vale o ha de ser una declaración ante un juez, ante un fiscal, un trabajador social o un notario? No está explicado", aseveró.
ACAI ha solicitado entrevistas con los ministerios de Sanidad, Justicia e Igualdad para que desarrollen un reglamento sobre este asunto, ya que desconocen qué harán cuando una menor les comunique de palabra que "ya ha informado a sus padres".
Barambio formuló estas críticas durante la presentación de un informe sobre las características sociológicas de las mujeres que abortan y sus métodos de anticoncepción, de él se desprende que tres de cada 10 mujeres -un 28,7%- que abortaron en España en los últimos dos años confiesa que no usó ningún anticonceptivo en el momento de la relación sexual, pese a no desear el embarazo, y el 70% de las que sí lo utilizó se quedó embarazada por un mal uso del método escogido.
"Hay mucha información, pero falta formación", según el experto, quien demandó que la educación sexual comience a impartirse en las escuelas, al tiempo que denunció las dificultades que encuentran las afectadas a la hora de acceder a estos métodos.
En esta línea, llamó la atención sobre el elevado porcentaje que se quedan embarazadas por un mal uso del anticonceptivo, cuando 8 de cada 10 encuestadas dicen que estaban informadas sobre las alternativas para evitar la gestación. Del total de mujeres que usaron contracepción sin éxito, el 42,3% recurrieron al preservativo, un 14,8% a métodos hormonales y un 0,7% al DIU.
Barambio añadió que más del 84% de quienes interrumpieron su embarazo no solicitó anticoncepción de emergencia, a la venta en las farmacias sin necesidad de receta médica desde hace seis meses. El 33,3% de las que abortó no lo hacía por primera vez, un 23,5% repetía por segunda ocasión; un 5,5 había abortado hasta dos veces; un 4,3 hasta tres y un 4,2 no aportó esta información, relató a los periodistas la vocal de ACAI en Andalucía, Eva Rodríguez.
El 66,2% reside en el entorno urbano y, por provincias, en Granada, Madrid, Sevilla y Bilbao es donde se concentran los mayores porcentajes de mujeres con más de un aborto anterior.
Valencia es la provincia en la que más tarde se realizaron las intervenciones.
