Un niño suicida sacudió ayer Pakistán Al menos 31 cadetes murieron como consecuencia de un atentado con bomba perpetrado por un terrorista suicida de sólo 12 años, que se inmoló en un centro de reclutamiento del Ejército paquistaní en la ciudad de Mardan, en el noroeste del país.
"El terrorista atentó contra los cadetes mientras éstos realizaban su entrenamiento matutino", declaró a la agencia Reuters un responsable militar. Según varias fuentes, el niño se inmoló en el interior del Centro del Regimiento de Punjab y, además de las víctimas mortales, causó heridas a al menos otras 20 personas. La autoría del ataque fue reclamada por los talibanes, un grupo que ha sido objetivo de varias ofensivas del Ejército paquistaní que no han logrado, sin embargo, debilitar a estos insurgentes.
En opinión del ex general Talat Masud, "los talibanes continúan siendo una fuerza muy potente porque siguen atacando instalaciones, aunque hayan estado tranquilos durante un tiempo". "Se han reafirmado después de un tiempo, y tendrá que pasar un tiempo para que podamos considerarlos una amenaza menor", señaló.
El primer ministro, Yusuf Raza Gilani, condenó ayer el atentado en un comunicado: "Actos tan cobardes como éste no pueden afectar a la moral de las agencias de seguridad ni a la determinación de la nación para erradicar el terrorismo".
El atentado que haya sido realizado por un menor a conmocionado al mundo, aunque corresponsales de la BBC, según publicó ayer la web de El País, aseguran que tropas de las fuerzas armadas paquistaníes han descubierto campamentos en el noroeste del país en los que se entrenan a niños de 10 a 12 años para inmolarse. Cuentan también que el número de atentados con suicidas adolescentes ha aumentado en todo el país.
Este ataque no es el primer gran atentado que sufren las fuerzas de seguridad paquistaníes. El pasado marzo, dos terroristas suicidas causaron sendas explosiones que acabaron con la vida de al menos 45 personas en la ciudad de Lahore (noreste del país), entre ellas nueve soldados. En 2009, unos milicianos talibán disfrazados de soldados atacaron el cuartel general del Ejército en Rawalpindi (norte) y luego tomaron 42 rehenes en un edificio de oficinas cercano.
