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Un alegato a favor de la democracia

Lo que en principio iba a ser una entrega de premios terminó convirtiéndose en un manifiesto en defensa de valores como la tolerancia, el respeto por la diversidad cultural, la democracia...

el 14 sep 2009 / 19:44 h.

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La emotiva gala celebrada en el teatro Campoamor de Oviedo, bajo la presidencia de los Príncipes de Asturias, contó con la asistencia de seis de los ocho galardonados. No fue posible que estuvieran sobre el escenario para recoger el galardón Bob Dylan (Artes) ni el sociólogo Ralf Dahrendorf. En nombre de éste último recogió el premio su esposa Christiane, quien pronunció unas palabras escritas por su marido para agradecer el premio como "un reconocimiento a unas ciencias sociales de las libertades".

"Mi marido sabe que coincido con él aunque mi vida no sea de política ni de ciencias sociales, sino de medicina y arte, o del individuo más que de las teorías. Eso significa que intentamos tener puentes entre tres culturas", leyó Christiane Dahrendorf.

Uno de los momentos de mayor emotividad de la ceremonia se produjo durante el minuto de silencio que el Campoamor rindió en memoria de todas las víctimas del Holocausto nazi a petición de los galardonados con el Premio Príncipe de Asturias de La Concordia, el Yad Vashem (Museo del Holocausto de Jerusalén), tras recoger el galardón. El silencio quedó finalmente roto por un gran aplauso del público a los diez representantes de supervivientes del genocidio que se encontraban de pie cogidos de la mano.

Los galardonados estuvieron arropados durante la ceremonia por una amplia representación institucional y de autoridades internacionales de diferentes ámbitos. El Gobierno español estuvo representado por los ministros de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos; Educación, Mercedes Cabrera; y Cultura, César Antonio Molina. Además de los Príncipes de Asturias, en nombre de la familia real acudió como cada año la reina doña Sofía, que ocupó su palco de honor en el Campoamor.

En las autoridades destacaba además del presidente del Congreso, Manuel Marín, la presidenta del Tribunal Constitucional, María Emilia Casas, el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, y el ex presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, además del Gobierno regional con el presidente Vicente Álvarez Areces a la cabeza, y representantes de las principales instituciones autonómicas. Los premiados acudieron además arropados por una delegación institucional de su país.

El Príncipe de Asturias, don Felipe de Borbón, se comprometió durante su intervención a contribuir a "hacer de España una sociedad más cohesionada en torno a valores de la Constitución" y resaltó los valores de los premiados, que representan "la lucha por la vida y la dignidad de las personas". Durante su discurso, el Príncipe ensalzó los valores de cada uno de los galardonados, los mismos que inspiran y representan los propios galardones. Unos valores que, según don Felipe, son "un ejemplo vivo de lo que también los españoles nos propusimos hace ahora treinta años para nuestro país y que seguimos construyendo para las futuras generaciones".

Unos galardones que representan un "valioso patrimonio cultural de una España en incesante progreso, de una España esperanzada y comprometida con todo lo que alienta y eleva la formación intelectual y moral de los seres humanos", dijo. En este sentido, don Felipe destacó el valor de la diversidad que representan los galardonados a lo largo de los casi treinta años de existencia de los Premios Príncipe de Asturias. "Hombres y mujeres que vienen de lugares muy distintos y lejanos del mundo, hablan diferentes lenguas y se sienten partes de culturas, tradiciones y creencias muy variadas", añadió. Hombres y mujeres que representan, como dijo el heredero de la Corona, "por encima de todo la lucha por los derechos fundamentales, especialmente por el derecho a la vida y a la dignidad de las personas". "Son defensores de la libertad y de los valores democráticos y son capaces de convivir en la diferencia y considerar su propia diversidad como una fuente de enriquecimiento colectivo", concluyó.

En nombre de los galardonados intervino el escritor Amos Oz (Letras), que pidió la implicación de Europa en la solución del conflicto árabe-israelí a la vez que pidió la reconciliación de las culturas. El presidente de Yad Vashem, Avner Shalev, dijo en su discurso hallar en el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia "la victoria de la tolerancia sobre el racismo, del amor sobre el odio, del bien sobre el mal". "No sólo la maldad nazi histórica, específica y única, sino también la maldad que sobrevive y se renueva en nuestros tiempos del antisemitismo, el racismo y la xenofobia, en todo el mundo", dijo.

El premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional, Al Gore, hizo mención especial a los supervivientes del Holocausto, y aseguró que fue "un honor" compartir con ellos el escenario. Gore insistió en su mensaje de alerta sobre el cambio climático y el deterioro ambiental del planeta. "Estamos chocando con el tejido ecológico que sustenta la vida misma; debemos absorber la verdad que nos cuentan los científicos", dijo.

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