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Un anciano deja grave a su mujer a hachazos en Jaén

Gabriel se presentó en la Comisaría de Jaén pasadas las tres de la tarde: "He matado a mi mujer", le dijo al policía que custodia la puerta. Pero su esposa no había muerto: sobrevive a los golpes que le dio en la cabeza , aunque se encuentra en estado grave.

el 15 sep 2009 / 04:49 h.

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Gabriel se presentó en la Comisaría de Jaén pasadas las tres de la tarde: "He matado a mi mujer", le dijo al policía que custodia la puerta. Pero su esposa no había muerto: sobrevive a los golpes que le dio en la cabeza con el mango de un hacha, aunque se encuentra desde hospitalizada en estado grave.

La agresión se produjo en la casa en la que vivía la pareja desde hace años, en el centro de Jaén. Testigos presenciales explicaron que Gabriel, de unos 80 años, entró en la vivienda con un hacha en la mano y golpeó a su esposa. Poco tiempo después, el anciano acudió a la Policía Nacional y confesó los hechos.

Cuando los agentes llegaron a la vivienda, encontraron el cuerpo de la mujer, C. G. C., de 75 años, tendido en un charco de sangre. Cortaron la calle para facilitar la llegada de los médicos del 061, que activó un operativo de emergencia y mandó al lugar de los hechos dos recursos sanitarios, una unidad de urgencias y una más de pacientes críticos.

Los sanitarios encontraron a la mujer con un traumatismo craneoencefálico "fuerte", pero con vida. Estaba consciente y no presentaba cortes ni heridas. Sólo numerosos golpes por todo el cuerpo. El de más gravedad era uno en la cabeza. La estabilizaron hemodinámicamente y, minutos antes de las 16.30 horas, ingresó en el citado hospital. Al cierre de esta edición, la víctima se encontraba hospitalizada en la UCI, en estado grave.

Matrimonio ejemplar. Fuentes cercanas al caso explicaron que Gabriel dijo a los policías que le tomaron declaración que "se le había ido la cabeza". Los vecinos de la pareja aseguraron que eran un matrimonio ejemplar. Ella llevaba varios años en una silla de ruedas. No obstante, se manejaba con normalidad. Incluso, varios vecinos la vieron alrededor de la una y media en la calle, muy cerca de su casa.

Él, un albañil ya jubilado, estaba volcado en el cuidado de su esposa. No había antecedentes previos de malos tratos. Ni tan siquiera se habían oído discusiones o peleas. "Eran dos personas normales", resumió uno de los vecinos. Por eso, este caso sorprendió mucho a los residentes de esta céntrica zona de Jaén.

El detenido prestó declaración durante toda la tarde de ayer en las dependencias de la Comisaría de Policía. Los investigadores guardan absoluto mutismo sobre el caso. Tan sólo ha trascendido que Gabriel confesó los hechos y que dijo que fue debido a que se le había ido la cabeza. Una vez que se instruyan las diligencias, el arrestado pasara a disposición del Juzgado de Violencia de Género, acusado, en principio, de un homicidio en grado de tentativa.

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