Cuando acabe 2011 el Parlamento andaluz estará disuelto y los partidos saltarán al vacío electoral. Arrancará la campaña oficial de las elecciones generales y autonómicas en Andalucía. Serán en marzo de 2012, si el calendario se cumple y se agota el mandato. Los 365 días que quedan por delante son el precalentamiento definitivo en tiempos muy duros. El Gobierno andaluz elabora su agenda con todo esto en la cabeza, ante un panorama económico difícil, con enfado en las calles, paro, restricciones presupuestarias y con los dedos cruzados para que la economía levante el vuelo y "no haya más sustos", declararon desde el equipo de José Antonio Griñán.
"Cuando no hay euros, toca hacer discurso y política". Ese es el lema extraoficial que deambula por San Telmo. La Junta va a multiplicarse para vender su gestión y el "esfuerzo" que defienden han hecho para mantener intactos los pilares de las políticas sociales. Llevan meses, sin éxito ni suerte, buscando su hueco. La mayoría de las políticas autonómicas han quedado deslucidas por decisiones con mucho más impacto negativo del Gobierno central. Puede seguir ocurriendo. Por delante a Zapatero le queda una reforma de las pensiones y desarrollar la reforma laboral.
Griñán va a multiplicar su agenda, "solo estará en el despacho para reunirse con colectivos y va a desplegar la acción del Gobierno por las provincias", advierte el Ejecutivo. Están convencidos de que la campaña de las municipales es el momento para que cristalicen y se visualicen muchas de las acciones del Ejecutivo que han estado tapadas. En un momento de conflictividad social y cuando los sindicatos calientan motores para otra huelga general que se puede confirmar el próximo 11, están convencidos de que "el año de aterrizaje" del presidente ya ha pasado, "tiene que estar en la calle y estrechando lazos con todos los colectivos sociales". Campo en el que los socialistas han perdido mucho terreno, el mismo que ha ganado el PP de Javier Arenas. Griñán ya ha dicho que hará una campaña en primera fila y no solo para apoyar a los candidatos, sino también para aquilatar su candidatura a las autonómicas.
La mayor parte de la energía del Gobierno irá destinada a las políticas de empleo y la reactivación económica. Se desplegarán los planes ya anunciados: reforma del Servicio Andaluz de Empleo y medidas de apoyo a los parados jóvenes y mayores de 45 años. La creación de empleo verde y la internacionalización de empresas estarán en el epicentro.
La Junta encara el ejercicio con el Presupuesto más raquítico en seis años y que más ha bajado en la historia autonómica. Admite sus limitaciones. Más allá de mantener intactas las políticas esenciales (sanidad, educación o dependencia), no hay margen para medidas sociales brillantes o anuncios de calado. Toca sobrevivir. Van cuesta arriba y la Junta tiene que hacer todo lo posible por no desviarse del estricto objetivo del déficit público.
Si el Presupuesto aprobado deberá apretarse más el cinturón es todavía una incógnita porque depende de cómo evolucionen los ingresos y de si la economía toma resuello. En un clima de turbulencias, el Gobierno confía, con timidez, en que comience a crearse empleo a final de 2011.
En año de elecciones municipales, la Junta venderá el despliegue de las leyes locales, con la creación del Consejo Andaluz de Gobiernos Locales. En el Parlamento, la mayor parte de la actividad la consumirá la reforma del sector público, que el Gobierno calcula que copará la mayor parte del año, contando la creación de las nuevas agencias públicas y el traslado de funcionarios y trabajadores. Otras reformas, como la supresión de delegados provinciales, están aparcadas. La nueva ley de cajas, aplazada a la primavera, será otro escenario de fricción política. Será complicado que en campaña salgan acuerdos políticos. No se esperan para temas enquistados como la renovación de la Cámara de Cuentas o del Audiovisual.
El primer semestre los partidos se volcarán en las municipales y de la foto fija que arroje ese primer examen dependerán muchas cosas. En el Gobierno hay "preocupación pero no pesimismo". Sobre si se esperan más piruetas políticas, tras un 2010 movido, dicen que no. Es momento de apretar las filas. Mayo será el punto de inflexión de un año muy electoral, muy político y muy marcado, de nuevo, por la crisis.