El militar español Cristo Ancor Cabello Santana murió ayer al estallar una mina anticarro al paso del vehículo blindado que conducía. Canario de nacimiento, pertenecía al Regimiento de Infantería Ligera Soria 9. Tenía 24 años y dos hijos. Hay además cinco militares heridos leves.
El cabo falleció en el hospital de Herat, donde fue trasladado junto a los cinco heridos tras el atentado, ocurrido en la localidad afgana de Siah Washan. En el momento del ataque, las víctimas realizaban una patrulla de reconocimiento y seguridad "para hacer presencia y desmantelar check points ilegales" en el distrito pastún-zargún, al este de Herat. El vehículo en que viajaban formaba parte de una patrulla militar integrada por nueve BMR, un VAMTAC y un camión de recuperación de vehículos.
Como sus compañeros, Cabello llevaba unos tres meses en Afganistán. El relevo de este contingente procedente del Mando de Canarias por otro de la Agrupación de Tropa de Montaña está previsto para noviembre.
Blindados. El Ministerio de Defensa tiene previsto sustituir de forma paulatina los vehículos blindados BMR de Afganistán (en uno de los cuales se desplazaba el militar fallecido) por los antiminas RG-31. Estos vehículos han sido adquiridos expresamente por Defensa para reforzar la seguridad de las misiones en Afganistán y Líbano. Los que se enviarán al país asiático se sumarán a los 95 vehículos Lince, con un blindaje superior a los veteranos BMR, de los que disponen ya las tropas españolas. En cualquier caso, el blindado en el que iba Cabello había sido "modernizado totalmente" en los últimos dos años con la incorporación de un nuevo blindaje reforzado en la parte inferior del casco, que afronta la mayor parte de la onda explosiva en caso de deflagración. El Ministerio subrayó además que la columna de la que formaba parte el BMR cumplía con todas "las nuevas exigencias de seguridad" del Estado Mayor de la Defensa.
La muerte del militar español eleva a 88 el número de miembros del contingente español que han perdido la vida desde el inicio del despliegue de la misión en Afganistán en enero de 2002. Según las primeras hipótesis de la inteligencia militar, la mina que mató a Cabello no estaba colocada expresamente contra las tropas españolas, sino que estaba situada en la carretera y no tenía un destinatario final concreto.
Precisamente ayer se cumplían ocho años de la invasión estadounidense en Afganistán. Con motivo del aniversario, los talibanes difundieron un comunicado en el que dijeron que, pese a estar preparados "para una guerra larga" no tienen intención de atacar a países europeos.
Una deuda permanente. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, expresó ayer sus condolencias por el cabo fallecido y los cinco soldados heridos y destacó que la sociedad española está en "deuda permanente" con ellos. La ministra de Defensa, Carme Chacón, viajó ayer junto al JEMAD a la zona del atentado.