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Un barrio presa del miedo

Tras conocerse que Mari Luz Cortes murió por asfixia, el miedo marca el ritmo del barrio del Torrejón, donde vivía la niña. Los padres acompañan a sus hijos a todas partes y las calles están desiertas, sobre todo a partir de las cuatro de la tarde, hora a la que desapareció la pequeña.

el 15 sep 2009 / 01:47 h.

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Tras conocerse que Mari Luz Cortes murió por asfixia, el miedo marca el ritmo del barrio del Torrejón, donde vivía la niña. Los padres acompañan a sus hijos a todas partes y las calles están desiertas, sobre todo a partir de las cuatro de la tarde, hora a la que desapareció la pequeña.

El 13 de enero marcó un antes y un después en El Torrejón. Este barrio de la capital onubense nunca volverá a ser el mismo desde que Mari Luz, con tan sólo cinco años, desapareciera y su cadáver fuera hallado casi dos meses después. Los nuevos datos sobre el caso conocidos el viernes apuntaron a que la pequeña murió por asfixia, lo que hace más probable la hipótesis del asesinato. Y esto ha disparado el miedo entre los vecinos y en toda Huelva.

Las calles del Torrejón, acostumbradas a lucir repletas de niños, jóvenes y mayores ahora están desiertas. "Después de la muerte de Mari Luz no tenemos ánimo ni para salir a la calle", comenta una vecina del barrio.

Las plazoletas que antes estaban repletas de niños jugando, ahora están solitarias porque los pequeños tienen miedo, y más aún sus padres, que acompañan a sus hijos a todas partes: al colegio, al kiosco de la esquina, a las actividades extra escolares...

Desde la desaparición de Mari Luz, en El Torrejón no hay ni un niño solo. "Yo tengo dos nietos, de 7 y 4 años, y los padres no dejan que vayan solos a ningún sitio porque hay mucho temor" asegura otra de las pocas vecinas que estaban ayer por las calles haciendo sus compras diarias.

La vida continua y este barrio intenta superar la desgracia de perder a una niña de cinco años. El Torrejón lo intenta, pero no es fácil porque hay mucho dolor, tristeza, rabia y miedo. Demasiados sentimientos que dificultan la vuelta a la normalidad. "A partir de las cuatro de la tarde todo el mundo se refugia en sus casas por el dolor y el miedo, nadie quiere estar en la calle en esa hora tan señalada", explica Alicia Cabral.

Y es que el caso de la pequeña Mari Luz ha conmocionado no sólo a un barrio, sino a todo un país y hasta ha traspasado nuestras fronteras.

Ahora que el cadáver de la niña ha aparecido y esta historia ha llegado al peor desenlace que podía tener, los vecinos del Torrejón esperan que se haga justicia con el culpable o los culpables. "Primero había mucho nerviosismo por tener alguna noticia de la pequeña, pero ahora que sabemos que está muerta, queremos que se encuentre al culpable pronto y que todo el peso de la ley caiga sobre él", explica Rafael Gutiérrez.

Algunos vecinos incluso tienen miedo a que la familia o sus conocidos se tomen la justicia por su mano, y se produzcan altercados. "Ahora hay que tener mucha cautela -añade Rafael- y dejar a la policía que haga su trabajo, porque unos pueden pensar en algún sospechoso, pero en realidad ha podido ser la persona que menos te lo esperas". Así, entre el dolor, el miedo y el deseo de que se haga justicia, los vecinos de esta barrio de Huelva intentan recuperar la normalidad, pero con muchas dificultades y llevando para siempre en su recuerdo a la pequeña Mari Luz Cortés.

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