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Un Betis fiable y físico, quién lo diría

Dos nuevas señas de identidad elevan al Betis a lo alto de la Liga: todos los jugadores corren y son competitivos. Igualito que hace muy pocos años...

el 27 oct 2012 / 20:12 h.

Campbell, titular al fin, pugna con Bernat.
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Gracias al cambio de hora, el Betis y los béticos disfrutarán durante sesenta minutos más de su victoria sobre el Valencia y su cuarta plaza en una de las mejores Ligas del mundo. El no va más, vamos. O no, porque sí hay más. Lo más es que el equipo de Pepe Mel está asentando su sorprendente inclusión entre los mejores sobre los mismos cimientos que, por frágiles, daban la impresión de que harían temblar todo el proyecto en verano: el sistema defensivo. El mismo que por endeble concedió goles en abundancia a lo largo de toda la pretemporada. Ahora, en cambio, casi no regala opciones a sus rivales. Adrián es algo parecido a un frontón, Nelson por fin ha aprendido a contener, Álex Martínez no hace añorar a Nacho y, sobre todo, Paulao y Mario tienen poco que envidiar a las mejores parejas de centrales de la competición. A día de hoy, las redes del Betis son para sus enemigos lo mismo que el nivel de vida de un alemán para el común de los españolitos: una utopía casi inalcanzable.

La increíble, por inesperada, solidez defensiva del Betis tiene otros actores que, además, van cambiando en cada capítulo (léase jornada) sin que el guión (léase equipo) se resienta en absoluto. Ayer fueron Cañas y Nosa, inmensos en el despliegue físico y táctico. Por cierto, ya era hora de que alguien en el Betis se comiese (futbolísticamente hablando) a Albelda. Otros días le tocó a Rubén Pérez y en los demás, casi todos, a Beñat. Lo bueno de estas rotaciones exitosas, o parte de lo bueno, es que ningún jugador acumula más minutos de la cuenta en sus piernas. Ergo el trabajo defensivo, que tanto sacrificio físico exige, se realiza con más frescura. Ergo la capacidad física del equipo se convierte a su vez en otro de los fuertes. El físico y la fiabilidad, la fiabilidad y el físico. El Betis como equipo físico y fiable, quién lo habría dicho.

Unas palabras para Salva Sevilla. De los veintitantos futbolistas del plantel, ha sido el vigésimo no se sabe cuánto en jugar. Una vez ahí, ya no se quiere ir. Y ahora que despunta, como antes cuando veía los partidos en casa o en la grada, ni una palabra más altisonante que otra. He ahí la herencia del Betis de Segunda: futbolistas hechos y derechos (y humildes) que no se creen lo que no son. Y son cuartos, aunque muchos no se lo crean.

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