Antes de visitar el próximo domingo a Osasuna, Pepe Mel tiene una semana para corregir los muchos defectos que presenta aún su equipo, porque la cuarta plaza en la Liga no puede esconder que este conjunto dista mucho de ser perfecto. Hay un problema muy llamativo que ha derivado en una consecuencia demasiado significativa para obviarla: las expulsiones. El Betis es el equipo de Primera con más tarjetas rojas hasta ahora, cuatro, las mismas que el Espanyol, con la particularidad de que todas le han llegado en los tres últimos encuentros: Casto ante el Málaga, Perquis y Campbell (esta última, la única injusta) frente al Atlético y Mario contra la Real Sociedad. Se trata de un dato, el de expulsiones en tres jornadas seguidas, tan preocupante como extraño. De hecho, es la cuarta vez que ocurre en toda la historia del club de Heliópolis en Primera. Si algún futbolista verdiblanco tiene la desgracia de ver la tarjeta roja en Pamplona, ya sí será una serie de récord en los 107 años de vida del Real Betis Balompié.
El precedente más próximo data de la temporada 2006-07. En las jornadas 6ª, 7ª y 8ª, el Betis vio cómo le expulsaban a tres jugadores de manera consecutivas. Primero le tocó al brasileño Sobis en el minuto 81 de un partido en casa frente al Deportivo, aunque para ser sinceros el árbitro, Daudén Ibáñez, ya había expulsado antes a un jugador rival, el lateral Luis Felipe (65'). Después fue el turno de su compatriota Edu en La Romareda (2-1), en el minuto 42 y a manos de Rodríguez Santiago. El último damnificado fue el uruguayo Lembo en el minuto 34 de otro choque casero frente al Mallorca (0-1), en este caso por obra y gracia de Lizondo Cortés.
Siete años antes, en la campaña 99-00, al Betis de Carlos Timoteo Griguol le sucedió lo mismo al principio del curso. De hecho, fue casi en las mismas jornadas que ahora, entre la quinta y la séptima. El primer expulsado fue Luis Fernández en un 4-1 adverso ante el Barcelona en el Camp Nou; salió del campo en el minuto 49 y el árbitro era Andradas Asurmendi. El siguiente fue el rumano Filipescu en una victoria sobre el Oviedo en casa (1-0); el minuto era el 60, el árbitro Pérez Burrull y su equipo aguantó el resultado con uno menos. Y el tercer turno correspondió a Bornes en el partido más especial, el derbi, saldado en esa ocasión con un 3-0 en contra en el Sánchez-Pizjuán; era el minuto 80, el colegiado era Pérez Lasa y fruto de ese lance del juego también echó al sevillista Moya.
El último antecedente, primero por orden cronológico, está fechado a mediados de la temporada 97-98, al principio de la segunda vuelta. En concreto ocurrió entre las jornadas 19 y 22, que fueron consecutivas porque la vigésima se aplazó a finales de febrero. La primera víctima, un 3 de enero, fue el serbio Nadj en un importante triunfo sobre el Real Madrid (3-2); por suerte para el equipo de Luis Aragonés, era el minuto 89 y la decisión de Brito Arceo no influyó en el resultado. A la semana siguiente, con Díaz Vega al silbato, le tocó al hombre con más tarjetas rojas de la historia del club en Primera, Jaime Quesada, en San Mamés, en un 0-0 de mucho mérito para los verdiblancos contra el Athletic, ya que la inferioridad empezó en el minuto 39. Y siete días después, ante el Celta en casa (2-0), finalizó la ronda Merino en una de las expulsiones más tempranas de la historia del club de las trece barras: el bravo capitán entró en el minuto 68 por Olías y sólo tres minutos después fue expulsado por García-Aranda Encinar.