Los corianos mayores de 65 años difrutaron ayer de la Feria de mediodía. A.P. Que los mayores destacan por su experiencia en los menesteres de la vida no es nada nuevo, pero que además son los que mejor saben disfrutar de los pequeños momentos del día a día, a veces, pasa desapercibido. Por ello, con la intención de gratificar lo que han hecho por el pueblo y regalarles un momento para ellos, lejos de los quehaceres domésticos o los achaques de la edad, el Ayuntamiento de Coria del Río invitó a los mayores de 65 años a disfrutar al mediodía de un almuerzo en la Feria. En la caseta municipal el trasiego de platos de jamón y queso o los paseos de las jarras bailaban sus particulares sevillanas en una Feria que no la apaga ni el temporal. De telón de fondo: las risas, las conversaciones y los recuerdos de una Feria que fue y que no pudieron disfrutar por las obligaciones de la edad y la época. Pero les da igual, ahora la disfrutan «mucho más», aseguran la mayoría de ellos. El agradecimiento de estas personas con el pueblo era inmenso. Tanto que aprovecharon la ocasión para no desperdiciar ni una gota de sus vasos ni el último trozo de los platos. Alguno más avispado que otro aprovechaba las conversaciones de su entorno para atacar el plato silenciosamente, sin dar oportunidad a catar parte del menú. Y mientras tanto el «chin chin» de los brindis no paraban de sonar en honor a quien más se lo merecía, reclamaba una de las señoras. En honor a ellos mismos. La Feria de Coria del Río no solo es una de las más longevas de la provincia, sino también una de las más atractivas por su enclave y solera. La orilla del Guadalquivir se erige como el escenario perfecto para celebrar una Feria que exprime los últimos días del verano. Los corianos lo saben y presumen de ello como un motivo más que evidente para ir a su Feria, como defendía ayer Manuel, un vecino de 81 años, que nunca se pierde la cita, desde que el año pasado el nuevo Gobierno recuperara una de las fiestas más tradicionales de Coria y que se ausentó durante el 2012. Aunque todos aseguran que la Feria de antes no es la de ahora, reconocen que en días como los de ayer la disfrutan más. «Antes la gente se divertía más», asegura Manuel. La Feria era uno de los pocos acontecimientos festivos aptos para la diversión el resto eran Semana Santa o el Corpus, «por lo que la gente cuando llegaba la semana de Feria aprovechaba para estrenar zapatos y ropa y vivía casi todo el día en el Real», cuenta Manuel. Pero cuando tenía 15 años este coriano no podía disfrutar de Real igual, ya que «las obligaciones de la panadería eran lo primero». Igual para José, Juan o Esperanza, vecinos que ayer no se reprimían en demostrar lo bien que se lo estaban pasando. Para disfrutar de la sobremesa, Óscar Calderón y María José Segura hicieron gala de sus voces copleras y deleitaron a los que, sin duda, más valoran este género. Precisamente, la copla es la gran protagonista de la 176 Feria de Coria. Anoche las semifinales del II Certamen Nacional de Canción Española Pastora Soler fueron el gran reclamo de los asistentes, que continúan esta noche en la caseta municipal. De las más de 200 voces que quisieron robarle el protagonismo momentáneamente a emblemáticas voces como la de Rocío Jurado, Manolo Carcol o Marifé de Triana, solo 16 aspirantes empezaron anoche a disputarse el galardón que los proclamará como la mejor voz de este género tan castizo. Aunque la entrada a los conciertos es gratuita, la organización el Ayuntamiento de Coria del Río y la empresa Athenea Producciones pide un kilo de comida no perecedera, que se entregará a las Hermanas de la Cruz de la localidad y a diferentes familias sin recursos. En la gala de hoy Inma García, Jesús Navarro, Yolanda Luque, Javier del Castillo, Carmen Rivero, José Ortiz, Inmaculada Paniagua y Mónica Reina lucharán con sus voces para ganarse un huevo en la gran final, en la que estará presente la artista coriana que da nombre al certamen, Pastora Soler. Mientras el jurado toma una decisión en esta segunda gran semifinal, se podrá disfrutar de la actuación del bailaor Quique Martínez. Pese a que la Feria de Coria está marcada este año por las lluvias, las ganas de compartir la alegría con los vecinos a los pies del Guadalquivir está haciendo que sea una cita marcada por el éxito. De hecho, pese a que el albero ayer estuviera mojado y gran parte del Real había que saltearlo, los vecinos no encontraban impedimento para deslizarse al interior de las casetas en la que la música empezaba a inundar los alrededores del popular parque Carlos de Mesa.